Recorremos algunos de los restaurantes de la selección de la Guía MICHELIN donde se puede disfrutar de la buena mesa muy cerca del mar.
En la isla de Ibiza encontramos el restaurante Es Xarcu, ubicado frente a una de las pocas calas vírgenes de la isla, en la que se puede fondear y disfrutar de su playa. Un antiguo chiringuito nacido hace casi 40 años como negocio familiar, en el que podemos degustar pescados frescos de la isla como la rotja, el dentón, el mero o el San Pedro -cocinados al horno siguiendo el método tradicional y con un toque personal de la casa-, mariscos y arroces de gran calidad. En temporada, también ofrecen los raors o loritos fritos, un auténtico manjar para los más gourmands. Sus terrazas sobre el mar son el escenario perfecto para degustar la gastronomía ibicenca que aquí se ofrece.
Al final de un camino de tierra, también en Ibiza, encontramos el restaurante Es Boldado. Con fantásticas vistas al mar Mediterráneo y a los islotes de Es Vedrà y Es Vedranell, este establecimiento, con más de 30 años de vida, se sitúa sobre el acantilado de la Playa de Cala d’Hort, en el municipio de Sant Josep de Sa Talaia. Una ubicación privilegiada en la que podemos encontrar una gran selección de pescados y mariscos de la isla, en preparaciones tradicionales como pueden ser el Bullit de peix seguido de arroz a banda o la Salmorra de pescado con un arroz a banda servido en segundo pase. Imprescindible, como cierre, su carta de postres caseros.
Nos trasladamos ahora a las Islas Canarias. Allí, en la isla de Lanzarote, encontramos El Risco. Este restaurante con la distinción Bib Gourmand, ocupa el espectacular espacio que fue en su día la casa que el polifacético artista César Manrique diseñó para su hermano. Con un sencillo montaje de ambiente marinero, aquí podemos disfrutar de pescados, mariscos locales y arroces, aunque la mejor opción es dejarse llevar por las sugerencias diarias. Las impresionantes vistas sobre la Playa de Famara, las montañas que la rodean y la isla de La Graciosa y los islotes del Norte, Alegranza y Montaña Clara, conocidos con el nombre de Archipiélago Chinijo, que se perfilan sobre el Océano Atlántico, son otros de los reclamos para deleitarse en esta casa. Aquí se hace una cocina de kilómetro cero, marcadamente canaria, basada principalmente en los pescados de la isla (trabajan con más de una treintena de especies), con un toque moderno.
Ya en la península, comenzamos el recorrido por su litoral en el sur. En la andaluza Costa del Sol, encontramos multitud de restaurantes en primera línea de playa. Un buen ejemplo es La Milla, un antiguo chiringuito de Marbella, actualmente con excelentes decoración y montaje, que ofrece inmejorables vistas del mar. Su carta marinera de calidad, que apuesta por los pescados y mariscos procedentes de la costa andaluza (Cádiz, Tarifa, Málaga, Granada y Almería son sus principales proveedores), rompe con lo que se espera normalmente de un chiringuito de playa, al tratarlos bajo el prisma de una cocina moderna. Su chef Luis Miguel Menor emplea productos de gran calidad, seleccionando materias primas en base a la temporalidad y las capturas diarias. En su carta podemos encontrar algunos de sus “clásicos” como las Sardinas al espeto, el Corte de tartar de gamba blanca y crema ibérica o la Ensaladilla de atún rojo con emulsión de piparra.
En la provincia de Valencia, dirigimos nuestros pasos al paseo marítimo de la localidad de Daimús. Allí encontramos Casa Manolo, la casa madre del negocio, también un antiguo chiringuito, que hoy cuenta con un gastrobar y un espacio gourmet (Manuel Alonso Restaurante). En Casa Manolo podemos disfrutar de su cocina tradicional actualizada, basada en el producto de proximidad de la mejor calidad, que su chef ha ido modernizando desde el recetario tradicional con el que sus padres Manolo y Matilde se instalaron en esta playa. Ofrece tres menús diferentes (Sendero, Recuerdos a Mamá y Sentimientos) y una amplia carta con guisos y arroces tradicionales (Callos como los hacia mi madre, Arroz del Senyoret, Rossejat de Gandía…), carnes (Costillar de cordero confitado durante 6 horas y encurtidos, Steak tartar aliñado al momento…), pescados y mariscos (Galete de atún con puré de zanahoria, Quisquilla de Santa Pola cocida en agua de mar…), y postres caseros que recomiendan pedir al tomar la comanda, por el tiempo de elaboración de los mismos.
También en otro paseo marítimo, en este caso en el de la localidad gerundense de Roses, encontramos ROM. Ofrecen una cocina tradicional actualizada con una gran selección de aperitivos, carnes y arroces. Además, cuenta con una terraza en la azotea que permite unas fantásticas vistas a la bahía de Roses.
Su propietario Fausto Rom hace hincapié en el vínculo de este negocio con el mar. “Nuestra familia, la familia Rom, tiene una relación muy estrecha con el mar que nace en los años 40 a través de mi abuelo. Mi abuelo era pescador y nos inculcó el amor y el respeto al mar. Y a través de él comenzamos a llevar el mar a la mesa. Ahora ya vamos por la tercera generación de hosteleros desde que abrimos el hostal Rom en los años 50. Hemos crecido junto a nuestra Bahía de Roses, trabajando como una familia unida, amando la profesión. Y todo esto, lo intentamos transmitir a nuestros clientes”.
Con el objetivo de tener una línea continua y coherente, fiel reflejo del mar, llevan cuatro años confiando en la buena mano de Moisés Vega como jefe de cocina, que elabora alguna de las recetas más arraigadas en la Costa Brava, que evocan al Mediteráneo, como la Caballa Marinada con naranja y laurel, los Ñoquis con gamba roja de Roses y mus de suquet, el Rape all cremat con espuma de crustáceos o el Rodaballo al horno, que cocinan haciendo una asado de su cabeza y espinas que convierten en la salsa que lo acompaña.
Más al norte de la provincia de Girona, y de nuevo en otro paseo marítimo, encontramos el restaurante Miramar (dos Estrellas MICHELIN, Llançà). En el que es el epicentro profesional del chef Paco Pérez, podemos deleitarnos con una carta con platos de autor y dos menús degustación (MAR 2022 y Memoria, Territorio y Cultura). Incluyen elaboraciones que evocan a los “mar y montaña” tan reconocidos en la cocina catalana de estas latitudes y a productos de la zona que ensalzan el recetario marinero. Platos de su carta como el Pichón, miso avellana-trufa, Warhol’s, hojaldre y zamburiñas, o las Manitas de cerdo con cohombros de mar, setas y hierbas frescas, atestiguan esa simbiosis. Un concepto que ha llevado a esta vieja fonda familiar frente a la playa y el puerto deportivo, donde también es posible alojarse, a ser reconocida internacionalmente como un enclave gastronómico de referencia donde descubrir la cocina mediterránea del siglo XXI. El cocinero regenta, junto a su mujer Montse Serra, lo que en su día fue un hostal que los padres de ella levantaron en esta pequeña población pesquera de la Costa Brava del Cap de Creus, y que ahora cuenta, además de con este gran restaurante gastronómico, con cinco suites donde descansar y desconectar de la rutina e incluso, despertarse con un desayuno casero del chef. Sin lugar a duda, el plan perfecto para disfrutar del placer más hedonista en el Alt Empordà.
Viajamos ahora a otro dos Estrellas MICHELIN, en este caso en Donostia / San Sebastián. En el paseo junto a la Playa de la Concha de la ciudad guipuzcoana, se erige el exclusivo Hotel Villa Favorita, una villa del siglo XIX reformada meticulosamente, que acoge en sus instalaciones al restaurante Amelia by Paulo Airaudo. Liderado por el argentino Paulo Airaudo, ofrece, bajo un único menú degustación, una cocina creativa en la que destacan pescados y mariscos, combinando la gastronomía vasca con sutiles toques internacionales. Hijo de inmigrantes italianos en Argentina, recaló anteriormente en restaurantes como Arzak (tres Estrellas MICHELIN, Donostia / San Sebastián), The Fat Duck (tres Estrellas MICHELIN, Bray – Reino Unido) o Magnolia (dos Estrellas MICHELIN, Longiano – Italia). Aquí demuestra su excelencia técnica y personalidad, que toma el nombre de su propia hija Amélie. Toda una declaración de intenciones del chef respecto al compromiso de futuro con este proyecto que, tras 18 años cocinando por todo el mundo, dice haber encontrado aquí su hogar.
Seguimos en la Costa de Cantabria, donde encontramos El Serbal (Santander). En este restaurante ubicado sobre la misma Playa del Sardinero, en el piso superior del edificio conocido como Cormorán, se sirven productos de Cantabria transformados en excelentes platos de la mano del chef José Ramón Bustamante, con raíces cántabras y mexicanas, que defiende la honestidad desde una de sus premisas: “que el cliente se sienta feliz y quiera volver”. La Estrella MICHELIN que luce en su fachada desde 2003 atestigua el buen hacer de esta casa, donde podemos disfrutar de su carta, complementada por sus dos menús (Gastronómico y Degustación), en la que encontramos, entre otros platos, grandes pescados del Cantábrico comprados a diario en la lonja y que se cantan al comensal para que pueda elegir, así como las suculentas carnes de vaca Tudanca. Cochinillo confitado y frito, ravioli de morcilla y crema de patata panadera, Paletilla de cordero, espuma de menta y yogurt con galleta de ajo, son algunos de los platos de su carta que nos hablan de sus sabores de siempre elaborados en forma de preparaciones creativas, a los que suman detalles como sus panes artesanos o su selección de quesos internacionales.
Otro imprescindible en el norte de nuestro país es Güeyu-Mar (La Vega – Asturias). Al pie de la Playa de Vega, a pocos kilómetros de Ribadesella, se levanta este gran icono para los amantes de los pescados a la brasa, seleccionando siempre ejemplares de excelente tamaño y calidad. Un edificio junto al mar, a escasos metros de esa bella playa salvaje, en el que podremos comer en sus terrazas o en su comedor privado. En su día fue la Escuela Nacional de Vega y, después de albergar distintos negocios de restauración, es desde 2007 el lugar donde se sirven los mariscos y peces a la brasa que Abel Álvarez elabora desde que inauguró el proyecto junto a su mujer Luisa Cajigal. Preside la fachada un enorme pez rey -una de las especialidades de la casa- recibiendo al comensal, que encontrará en la cocina del chef autodidacta y su equipo, exquisitos productos del Mar Cantábrico elaborados con mimo al fuego de sus parrillas. Una pasión por el producto que también demuestran en su proyecto paralelo Conservas Güeyu Mar, la mejor manera de llevarse un trocito de sus delicias braseadas a nuestras casas en forma de latas de sardinas, navajas, berberechos, atún, mejillones…
También podremos disfrutar de unas privilegiadas vistas al mar Cantábrico desde las amplias cristaleras del restaurante Real Balneario (una Estrella MICHELIN, Salinas – Asturias). Aquí el chef Isaac Loya presenta una carta que se actualiza un mínimo de tres veces al año, así como tres menús con diferentes pases (Fomento de la Cocina Asturiana -servido únicamente a mediodía-, Degustación y Menú Especial “Productos del Cantábrico”). Esas preparaciones se presentan en dos líneas de trabajo, una que exalta las elaboraciones más clásicas, sencillas y respetuosas con el producto, y otra que busca una gastronomía más compleja, con toques originales en los platos, pero sin desvirtuar en ningún caso su esencia.
En lo alto del monte de San Pedro, en A Coruña, la Guía MICHELIN distingue al restaurante Árbore da Veira con una estrella MICHELIN. La propuesta que aquí despliega el chef coruñés Luis Veira, mira hacia una cocina tradicional actualizada a través, tanto de su carta, como de los menús degustación Raíces, Árbore y Semente. Un constante juego de sabores y productos con los que pone “los cinco sentidos sobre el Atlántico” y que se ofrece en un entorno único por sus privilegiadas vistas de la ciudad y del océano, en un local ubicado junto a una antigua instalación militar de defensa costera, reconvertida hoy en un gran parque con otros reclamos turísticos.
Terminamos nuestro periplo en Trasmallo (Aguarda / La Guardia – Pontevedra). Este restaurante gallego, reconocido con la distinción Bib Gourmand, es un sencillo establecimiento familiar cuya carta ofrece, además de algunos arroces y carnes, una amplia selección de pescados y mariscos, con un vivero y una lonja justo enfrente del local, lo que les permite contar con un producto de excepcional frescura.
Sus vistas a la Playa Carreiro y al puerto, nos sirven como cierre de este veraniego viaje, en el que hemos enumerado algunas de las mejores vistas de los restaurantes de las costas españolas incluidos en nuestra selección. Ahora, solo queda elegir destino o… ¡disfrutarlos todos!
Imagen cabecera: Vistas desde el restaurante El Serbal © Nacho Fraile – El Serbal
