Europa
Under, Lindesnes, Noruega
Situado a 5,5 metros bajo el helado mar del Norte, Under es el primer restaurante submarino de Europa y el más grande del mundo. Desde el momento en que llegas al establecimiento, ubicado en una llamativa estructura semisumergida que parece haberse escapado de la costa rocosa, queda claro que no se trata de una experiencia gastronómica cualquiera. Al entrar en el comedor subacuático, te recibe una ventana panorámica de 11 metros que sirve como instalación artística viva de temática marina. Como era de esperar, el marisco es el protagonista del menú, galardonado con una Estrella MICHELIN.

Iris, Rosendal, Noruega
Además de la experiencia única que supone cenar bajo el agua en Noruega, el país ofrece una alternativa igualmente singular sobre el agua, en los fiordos, rodeados de glaciares a lo largo de su costa occidental. Un breve trayecto en barco conduce a Iris, ubicado dentro de una estructura flotante elíptica conocida como Salmon Eye. A medio camino entre centro de visitantes de la industria acuícola y restaurante emblemático, este espacio fusiona arquitectura, educación e innovación culinaria. Su menú degustación, compuesto por más de 18 platos, pone en valor ingredientes poco comunes con el objetivo de concienciar sobre la fragilidad del ecosistema marino.

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Alchemist, Copenhague, Dinamarca
Llamar a Alchemist simplemente un restaurante no le hace justicia. Es, más bien, un viaje inmersivo donde la cocina del chef Rasmus Munk se transforma en un medio de expresión artística, científica y social. La cena se desarrolla como una representación teatral, dividida en actos y ambientada en distintos espacios, desde una cúpula similar a un planetario hasta un quirófano estéril. Prepárate para una experiencia que invita a la reflexión, con platos técnicamente magistrales que abordan temas como el cambio climático, la ética o la fragilidad humana. Un festín para los sentidos… y también para el intelecto.

Eatrenalin, Rust, Alemania
Hay muchas formas de describir el concepto detrás de Eatrenalin, pero futurista quizá sea la más acertada. Al inscribirse en esta experiencia de dos horas, los asistentes son transportados en sillas flotantes a través de una serie de mundos y salas temáticas. En cada espacio, degustan aperitivos y platos creativos con ingredientes como anís, pimienta de Kampot o brotes de luna, diseñados para reflejar la atmósfera del entorno. El recorrido comienza en el salón y culmina en el bar con el mismo espíritu, entre música de DJ, champán y cócteles.

Locanda Don Serafino, Ragusa, Italia
Ibla, el pintoresco centro histórico de Ragusa, suele fotografiarse desde lo alto. Pero cenar en Locanda Don Serafino, con una Estrella MICHELIN, ofrece otra perspectiva de esta ciudad siciliana llena de historia: el restaurante está excavado en una cueva al pie de la colina donde se alza el casco antiguo. A pesar del entorno espectacular, la experiencia no tiene nada de rústica. El servicio y la vajilla son refinados, el ambiente íntimo y romántico, y la cocina, una de las más estimulantes de toda la isla.

El Vagón de Beni, Hoyo de Manzanares, España
Viajar en tren solía ser sinónimo de vagones restaurante elegantes. En El Vagón de Beni, un encantador establecimiento instalado en dos antiguos vagones meticulosamente restaurados y en el andén contiguo, ese espíritu se mantiene vivo. Situado al noroeste de Madrid, en la sierra, el lugar rinde homenaje a la época dorada de las locomotoras, aunque su cocina mira al presente. El menú combina recetas locales e internacionales con un enfoque contemporáneo, y su brevedad deliberada da libertad al equipo para experimentar con una variedad de sabores en constante evolución.

Le Jules Verne, segunda planta de la Torre Eiffel, París, Francia
Ubicado en el segundo nivel de la Torre Eiffel, Le Jules Verne es una proeza de ingenio técnico en más de un sentido. Por un lado, permite disfrutar de cerca de la maravilla arquitectónica más emblemática de París, con vistas espectaculares desde 116 metros de altura. Por otro, plantea el reto de elaborar platos con Estrella MICHELIN en una cocina con espacio y almacenamiento limitados. El resultado es un menú en constante evolución, creado por el chef Frédéric Anton, que celebra la creatividad y la estacionalidad con cada pase.

América del Norte
Nōksu, Nueva York
Comer en una estación de metro de Nueva York puede parecer inverosímil, pero Nōksu, un innovador restaurante de Koreatown especializado en marisco y dirigido por el chef Dae Kim, convierte esa idea en una experiencia memorable. Escondido tras una puerta con código de seguridad bajo Herald Square, Nōksu ofrece una elegante barra de mármol negro desde la que todos los comensales pueden observar el trabajo de los chefs en acción. Su plato estrella es el Pichón madurado en seco, preparado en la mesa a partir de un ritual espectacular inspirado en el pato al estilo pequinés, acompañado por la nostálgica música de los años 80.

Oriente Medio
Ossiano, Dubái, Emiratos Árabes Unidos
En una ciudad donde el lema parece ser 'todo es posible', Ossiano encaja a la perfección. En este sofisticado restaurante de Dubái, los comensales disfrutan de una cocina con Estrellas MICHELIN mientras se sumergen visualmente en un espectacular acuario que alberga 65 000 criaturas marinas, desde tiburones hasta rayas, que se deslizan a su alrededor. Ubicado en el hotel Atlantis The Palm (nombre que no podría ser más apropiado), cada plato del menú degustación de diez pases está inspirado en un explorador oceánico de renombre.

Jiwan, Doha, Catar
No todos los días se cena en un restaurante famoso no solo por sus menús, sino también por su arquitectura. Jiwan, ubicado en el Museo Nacional de Catar en Doha, ha sido reconocido como uno de los restaurantes más bellos del mundo por el Prix Versailles de la UNESCO, un merecido galardón para el estudio Koichi Takada Architects, responsable del diseño del espacio. Este se inspira en la ubicación única de Catar, entre el mar y el desierto, y presenta más de cuatro millones de cristales Swarovski suspendidos del techo en un brillante patrón ondulante.

Asia
HAJIME, Osaka, Japón
A primera vista, nada hace pensar que Hajime Yoneda, chef y propietario del restaurante HAJIME —galardonado con tres Estrellas MICHELIN— fue en su día ingeniero de sistemas. Sin embargo, al observarlo más de cerca, su anterior carrera profesional se refleja en el meticuloso viaje gastronómico que diseña para sus comensales. Centrado en el tema 'un diálogo con la Tierra', Yoneda interpreta los cambios de estación desde una perspectiva única, entretejiendo mensajes narrativos en su cocina. La especialidad de la casa, Chikyu (que significa 'la Tierra'), cuenta la historia de la generosidad de la naturaleza, moldeada por los ciclos de la montaña y el océano, todo ello en un solo plato.

Shigetsu, Kioto, Japón
Shigetsu es lo más parecido a comer como un monje budista en un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad. Ubicado dentro del templo Tenryu-ji, en la antigua Kioto, sirve shojin ryori, una cocina vegetariana profundamente arraigada en las tradiciones ascéticas del budismo. Los comensales se arrodillan o se sientan con las piernas cruzadas sobre tatamis, mientras la comida se presenta con esmero en mesas bajas frente a ellos. El entorno sereno refleja el propósito más profundo de esta cocina: se cree que el shojin ryori apacigua los deseos mundanos, purifica el alma e inspira el despertar espiritual.

Yong, Guangzhou, China
Como cabría esperar de un restaurante ubicado en un edificio histórico del barrio de Dongshankou, en Cantón, Yong alberga una colección de porcelana china antigua y utensilios de mesa elaborados por artesanos locales, digna de un museo. Tras atravesar el imponente arco de piedra de la entrada, basta con empujar la puerta de madera para descubrir una galería de objetos antiguos. En la primera planta se encuentra el comedor, donde el restaurante ofrece una variedad de platos de cocina Sichuan. Entre sus especialidades destacan unos fideos dorados, gruesos, refrescantes, hechos a mano y servidos en un caldo preparado con pollo añejo, pato viejo y jamón. El sabor, intensamente concentrado, convierte este guiso en un auténtico clásico.

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Imagen de cabecera: © Tobias Lamberg Torjusen / Iris