Una de las mejores formas de demostrar cariño es cocinando y, sin duda, una de las mejores maneras de celebrar el amor es comiendo en un lugar especial, más aún si la escapada se combina con una noche mágica en un hotel de altura. Cada vez son más las propuestas gastronómicas que surgen de la mano de hoteles boutique, creados para todo ese público al que le gusta combinar la visita a un destino con un alojamiento singular y una cena especial. Estas son algunas opciones con las que disfrutar de una escapada de San Valentín uniendo hospedería y restauración.
Una escapada cerca de la capital
A una hora escasa de Madrid, en la pedanía de Alcuneza (Sigüenza), se encuentra un hotel con alma de refugio donde descansar y desconectar rodeado de naturaleza. Se trata de El Molino de Alcuneza, un alojamiento boutique cuyas paredes cuentan la historia de los 500 años del molino harinero que se ubicaba en su interior. Allí Blanca y Samuel Moreno, junto a sus padres, han ido creando, poco a poco, un espacio confortable en el que miman a los huéspedes como si fueran familiares. Además de esa hospitalidad única con la que acogen, su cocina es otra de sus señas de identidad. Basada en el producto local, de cercanía, y en la recuperación de los cereales antiguos como guiño a su pasado harinero, El Molino de Alcuneza se transforma en una oda a la tierra a través de sus platos.
Respirar aire puro
Aunque en Castroverde de los Campos (Zamora) tan solo viven 300 habitantes, son muchos los viajeros que se desplazan hasta allí para vivir una escapada gastronómica única y, por qué no, también romántica. En medio de esa naturaleza castellana rodeada de campos amarillos se ubica Lera, el hotel y restaurante homónimo del cocinero Luis Alberto Lera que se ha convertido en la meca de la caza menor. Aquí el pichón es el plato a través del que gira un imaginario que lo vincula con la tierra y que da a conocer la labor que, desde hace años, están realizando por recuperar los palomares de la Tierra de Campos, un patrimonio histórico y cultural de la zona que viene de tiempos de los romanos.
ADN juvenil
La joven dupla de cocineros que forman Javier Sanz y Juan Sahuquillo ha logrado poner en boca de muchos el pequeño pueblo de Casas Ibáñez, en la provincia de Albacete. Su hotel-restaurante homónimo alberga dos de sus restaurantes: por un lado, Cañitas Maite Gastro, con una carta de tapas contemporáneas y una de platos de la tierra manchega elaborados con producto local; y, por otro, Oba-, con una propuesta de alta cocina a través de la cuál defienden su propia filosofía local. No hay que dejar de probar su maridaje sin alcohol, elaborado a partir de bebidas fermentadas hechas con productos de la zona.
Sostenibilidad al 100%
A escasos 20 minutos de Málaga, en un resort de lujo de Fuengirola (Higuerón Hotel Málaga), se encuentra el restaurante Sollo del cocinero Diego Gallegos. Su propuesta enfocada a los pescados de río, los vegetales de producción propia y al caviar de Riofrío, busca ofrecer al comensal la oportunidad de disfrutar de un menú centrado en la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Pescados de río como el sábalo, la carpa, el lucio, el barbo, el bagre, la tilapia, el esturión o la trucha conviven en sus piscinas en una simbiosis perfecta con más de 2000 plantas, que se retroalimentan a través de un sistema de producción acuapónica. ¡Puedes conocerlo de cerca en su laboratorio de I+D!
Destino de autocuidado
El restaurante Retama, ubicado en el hotel campestre La Caminera, ha puesto de relieve la gastronomía ciudadrealeña y los productos manchegos de la mano del cocinero Miguel Ángel Expósito. Este espacio gastronómico, que hace referencia con su nombre a un arbusto de flores amarillas habitual de la zona, combina a la perfección una escapada gastronómica con unos días de relax. El viaje puede culminarse con una visita a su spa para realizarse alguno de sus tratamientos corporales, de forma individual o en pareja.
Desconexión en plena bodega
La carretera N-122 se ha convertido en una de las mecas de la viticultura y el enoturismo de la Ribera del Duero, pero también en un destino a donde ir a desconectar y relajarse y a disfrutar de la alta gastronomía. Dentro de todas esas bodegas que ofrecen experiencias gastro-enológicas, se encuentra una bodega-hotel que aúna todos los conceptos en uno, se trata de bodega Arzuaga. Localizada en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), el hotel Arzuaga ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer de primera mano dos mundos, el del vino y el de la gastronomía. Con Víctor Gutiérrez a la cabeza, su restaurante Taller ofrece una propuesta creativa que combina el recetario peruano con el local, haciendo uso de los productos de su propia finca, La Planta. Su maridaje tampoco tiene desperdicio; una oportunidad perfecta para probar la combinación de los vinos de la bodega y de esta tierra regada por el río Duero.
Estos seis espacios son solo el ejemplo de las muchas y diferentes alternativas que existen para hacer una escapada gastronómica por la península. Destinos que en sí mismos merecen la pena por la perfecta combinación entre hoteles meticulosamente cuidados y una alta gastronomía con la que disfrutar de una cena inolvidable.
Aquí te detallamos otros hoteles gastronómicos en los que puedes alojarte a través de la Guía MICHELIN:
Imagen de cabecera: Instalaciones del spa de Bless Hotel Ibiza © Bless Hotel Ibiza
