“Comer” es un verbo que podría ser considerado como sinónimo de “viajar.” Los alimentos, las preparaciones, las técnicas y los sabores dicen mucho de un territorio concreto, es por eso por lo que no hace falta moverse de un lugar para conocer (en cierta medida) otra parte del mundo. A través de la cocina, de elaboraciones y de alimentos, un comensal puede descubrir la historia de un país, de una ciudad o de una zona en concreto. Te proponemos algunos locales con los que viajar con el paladar sin moverte de la ciudad.
Japón en estado puro
Yong Wu Nagahira es uno de esos cocineros cuya propuesta en su restaurante Ikigai de Madrid permite a los comensales hacer un viaje exprés, plato a plato, hasta el país nipón. A través de su cocina, centrada en la técnica, el producto y la originalidad, Yong combina su saber hacer con las mejores materias primas españolas dando lugar a un espacio en el que el producto español se pone al servicio de la cocina nipona para crear una atmósfera que traslada a su clientela hasta Ginza, Shibuya, Asakusa, Chuo o cualquiera de las izakayas de los barrios de la capital japonesa.

Oda al Mediterráneo
Muy cerca del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona se encuentra el restaurante Dos Pebrots, un local inspirado en las diferentes gastronomías bañadas por el Mar Mediterráneo cuyo concepto se centra en la fusión de la amalgama de países que lo rodean. Su propuesta es realmente peculiar, pues se centra en una cocina de estudio e investigación que narra la evolución de todos esos países que tienen como punto en común el mar. Platos como los Puerros ancestrales, la Tortilla de piñones, el Vitello tonato, el Balik ekmek, el Kebab de cordero o el Pichón a la presse son algunos de los ejemplos claros que demuestran esta mezcla de sabores.

Entre Israel y Argentina
La cocina fusión es otra de las grandes formas de viajar con el paladar a dos países al mismo tiempo. Fayer, en Madrid, ofrece una curiosa propuesta de fusión entre la gastronomía israelí y la tradicional parrilla argentina. De la primera no pueden faltar el Falafel, el Hummus o los Mezzes fríos y calientes, mientras en la segunda parte sus carnes se convierten en uno de los platos estrella de la carta con los que llevar la mente hasta la extensa pampa argentina. Entre los postres no dejan de sorprender el Baklawa de almendra, pistacho y nueces, el Hummus de chocolate y el Flan de ricotta con dulce de leche.

Un salto hasta Italia
Encaramado a una colina, con fabulosas vistas al atardecer Mediterráneo, se encuentra Orobianco, en Calpe, un restaurante italiano repleto de técnica y buen producto que hace las delicias de todos los amantes de esta cocina. Pasear por Roma, Savona o Nápoles quedará un poquito más cerca con cada uno de los platos de este menú que recorre algunos de los platos más tradicionales con una vuelta de tuerca moderna y cosmopolita que se adapta, mes a mes, a los productos de temporada.

Rumbo Asia
Luke Jang es el responsable de haber traído a la capital una de las mejores cocinas surcoreanas gracias a su restaurante Luke. Su paso por Mugaritz y su asentamiento en España ha dado lugar a una carta en la que combina de una forma excelente el recetario, los productos, las técnicas y los sabores coreanos con los productos ibéricos. ¡Qué mejor que pasarse por allí para degustar y disfrutar el street food asiático más auténtico! Una pista: no hay que dejar de probar su Gilda coreana, su Bao bun y el Bibimbap de atún rojo.

Comer con las manos
Del antiguo y conocido Hoja Santa, surge en el mismo local de Barcelona COME by Paco Méndez, un espacio dedicado a la cocina mexicana cuyos platos llevan a los comensales a una ruta para conocer de cerca el país centroamericano. Productos, técnicas y elaboraciones, son algunas pequeñas pinceladas de todo lo que se puede percibir a lo largo de su menú. Las elaboraciones clásicas como los tacos, moles, botanas, guacamole y ceviches se maridan aquí con micheladas, tequilas o mezcales.

Esencia Inca
Tampu es un homenaje al nombre con el que se conocía a las antiguas posadas del Camino del Inca, unas rutas que conectaban todo el Imperio Inca y a través de las cuales estos pobladores viajaban e intercambiaban productos y materias primas. Su carta es un viaje a través de todos los sabores de la cocina peruana clásica y moderna en la que no faltan platos tan conocidos como sus ceviches, los tiraditos, la causa limeña o el Ají de gallina.

Un viaje por el Al-Ándalus
La cocina internacional de Alma Ezequiel Montilla es una de las grandes sorpresas que se encuentran en Puente Genil (Córdoba). Ubicado en una casa señorial y decorado con aires árabes, este restaurante combina la experiencia que su chef ha adquirido en el extranjero para transformarla en un viaje para los comensales alrededor del mundo. Aquí los sabores nacionales se mezclan especialmente con la gastronomía de Marruecos, de la que se puede probar la Pastela de pollo, canela y almendra, el Tajine de cordero y frutos secos o el de ternera, nueces y membrillo, y el Mousse de limón marroquí con membrillo y frambuesa. Un viaje por el país vecino que se entremezcla con los sabores españoles creando una cocina viajera que está más cerca de lo que parece.

Para amantes de la carne
Porque de carne no entienden solo en Argentina, Rubaiyat Madrid es el ejemplo de que la cocina brasileña todavía tiene mucho que contar. Su completa selección de cortes de carnes es solo uno de los motivos por los que acercarse a conocerlo, sin olvidar uno de los platos tradicionales de Sao Paulo, que también se puede comer en este local, la tradicional feijoada: un guiso considerado plato nacional, elaborado con frijoles, verduras y carne de cerdo y acompañada de arroz y rodajas de naranja.

Todos y cada uno de estos restaurantes son los ejemplos perfectos (y, también las excusas) por los que comer para viajar. Motivos suficientes para elegir un restaurante de la lista, salir de casa, sentarse en una mesa y dejarse llevar con el paladar hasta la otra punta del mundo.