Ana propone el siguiente reto a dos de los mejores cocineros de Castellón: unir en un plato el mar y la montaña. Raúl Resino, del restaurante homónimo en Benicarló, y Miguel Barrera, de Cal Paradís en Vall d’Alba, ambos con una Estrella MICHELIN, aceptan el desafío sin amilanarse.
Ana se cita con Raúl, conocido como el cocinero pescador, en el puerto de Benicarló. Juntos se embarcan para ir a buscar el pulpo, que será el ingrediente principal del plato. Durante la travesía, Raúl le habla a Ana de su pasión por el mar, por los pescados locales y también de Miguel Ángel Companys, el pescador de pesca tradicional que les va a pasar de barca a barca el pulpo recién sacado del mar.
Como bien dice Ana, ¡auténtico Km0!
De nuevo en tierra, Ana pone rumbo a la montaña para recoger a Miguel Barrera e ir juntos a ver a Demetrio Ferrando, proveedor de confianza de trufas y setas de Miguel. Durante el trayecto Miguel le habla de su propuesta culinaria, que no es otra que cocinar lo que ve, lo que le proporciona este entorno privilegiado. Ana no da crédito cuando Miguel le comenta que Castellón es la segunda provincia más montañosa de España.
Durante el tiempo que comparten con el encantador Demetrio y su perra trufera, Blanca, ven fascinados cómo trabaja Blanca para encontrar ese tesoro negro que se esconde bajo la tierra. Para probarla, Miguel prepara un sencillo pero delicioso aperitivo con pan tostado, trufa laminada y aceite. Ana está feliz de haber podido vivir esta fantástica experiencia con Demetrio y Miguel.
Trufas y setas son el botín con el que parten hacia el restaurante donde les espera Raúl, para acabar de preparar ese “mar y montaña”. Con un plato compuesto de una crema de garbanzo, pulpo, setas y trufa laminada, Raúl y Miguel pasan con honores el reto que les había lanzado Ana. Un plato que, como dice Raúl, ¡huele a Castellón!
