Las sopas calientes están presentes en todas las cocinas del mundo. Cada país luce su versión de este plato en el que caben todo tipo de ingredientes.
La Sopa wonton (o wantan) es la más famosa de la cocina china. Los won ton son unas obleas finísimas de pasta cuyo relleno puede contener tanto carne, como pescado y verduras, siendo prácticamente infinitas las mezclas posibles. Se suelen comer fritos, como aperitivo o también en sopa, de ahí el nombre de este plato. El caldo puede ser de carne o pollo y llevar ajo, cebolla y jengibre, entre otros ingredientes. Esta especialidad puede probarse en el restaurante Krachai (Madrid) donde sirven una Sopa de wonton de langostinos.
El Miso es un ingrediente imprescindible en la cocina japonesa. Se trata de una pasta de semillas de soja fermentadas. El nombre de este condimento significa “fuente de sabor” y, aparte de soja, puede incluir arroz, cebada, mijo y trigo. Existen varias tipologías de Miso, de sabor, color y grados de fermentación diferentes. Se suele utilizar para acompañar carnes y pescados y para preparar la Sopa de Miso (shiro-miso), obtenida diluyendo la pasta de Miso en el Dashi, un caldo a base de alga Kombu y ralladuras de Katsuo-bushi (bonito seco). Los japoneses suelen tomar Sopa de Miso en cualquier momento del día, incluso para desayunar. Su importancia es tal, que, sin esta sopa, la comida se consideraría incompleta. La Sopa Miso está incluida en la carta del restaurante japonés Miyama (Madrid) y en la de Kabutokaji (Pozuelo de Alarcón), donde se sirve con soja, tofu y cebolleta.
La Harira es, junto con el Cous Cous, el plato más famoso de la cocina magrebí. Es una sopa a base de garbanzos, lentejas y carne y, en segundo lugar, verduras y hortalizas. Ingredientes y cantidades pueden variar según el cocinero: algunos la sirven con arroz cocido aparte, otros con un poco de limón o con dátiles. Al ser un plato completo y rico, la Harira es de las viandas que nunca faltan durante el Ramadán, de ahí que también se la conozca como Sopa del Ramadán. Podemos encontrar este plato en el restaurante El Jardín del Califa (Vejer de la Frontera), recomendado por la guía MICHELIN.
El restaurante madrileño Entre Suspiro y Suspiro es, según la guía MICHELIN, un buen sitio para descubrir la cocina mexicana. Aquí podemos catar la famosa Sopa de tortilla o Sopa azteca, una especialidad de la zona central del país. Es un caldo a base de pollo, epazote (planta aromática imprescindible en las cocinas mexicanas) y chiles, al que se añaden tiras de tortilla de maíz fritas. También puede llevar aguacate, pollo en trocitos, cilantro, cebolla, limón y una crema de queso o nata. Estos ingredientes suelen servirse aparte.
La Sopa castellana es una de las recetas más populares en toda España. Sus ingredientes –pan, ajo, agua, sal y pimentón– revelan su origen humilde y hacen de la Sopa de ajo, como también se la conoce, un brillante ejemplo de cocina de aprovechamiento de las sobras de pan. Algo en que, según algunos autores, las dos Castillas son maestras: basta con pensar en las Migas manchegas. Es difícil imaginar un plato más apto para los días invernales que esta sopa, ya sea en su versión más sencilla o con la adición de ingredientes más contundentes como huevo, chorizo y jamón. Entre los restaurantes recomendados por la guía MICHELIN en los que se puede saborear esta especialidad es El Figón de Recoletos (Valladolid) y Asador Casa Felipe (Arévalo). El restaurante madrileño Lúa (una estrella MICHELIN) versiona este clásico de la cocina castellana añadiendo a la receta tradicional huevo escalfado, palomitas de arroz rojo y trufa negra.
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