Barcelona puede parecer el destino de moda y festivo por excelencia, pero Cataluña también está llena de pintorescos pueblecitos de arquitectura medieval que merecen ser visitados. Región gastronómica y vinícola, deleita con sus platos tradicionales, a menudo basados en los pescados y mariscos del Mediterráneo. Los establecimientos mencionados, además de ofrecer compromisos e iniciativas sostenibles, son fervientes defensores de la identidad catalana.
Para alojarse
Ohla Barcelona, Barcelona, España
Al escultor Frederic Amat le dieron carta blanca para convertir este edificio gótico catalán en un hotel de moda, ahora con sorprendentes ojos de cerámica que adornan la hermosa fachada neoclásica. En el interior, la decoración y el mobiliario realzan las obras de arte que pueblan las paredes. Además de su estratégica ubicación (a cinco minutos de las Ramblas o La Boquería y a tres de la Catedral), el hotel dispone de una sublime terraza con vistas a los tejados de la ciudad.
Yurbban Trafalgar Hotel, Barcelona, España
Lo más destacado de este hotel es la terraza de la azotea, con una preciosa piscina infinita y vistas despejadas de una ciudad que no se suele ver por encima del nivel del mar. Las habitaciones, pequeñas pero bien optimizadas, son lo más acogedoras posible y la mayoría tiene terraza privada.
H10 Madison, Barcelona, España
Este centenario edificio residencial del Barrio Gótico es la materia prima del H10 Madison. Tras su restauración, el hotel es ahora una auténtica celebración de la arquitectura y el diseño en Barcelona. En el interior las habitaciones tienden a los tonos neutros, con las superficies cálidas y orgánicas.
Para comer
Cocina Hermanos Torres, Barcelona, España
Los gemelos Sergio y Javier ofrecen una auténtica experiencia culinaria. El centro de su proyecto está marcado por la presencia de una cocina abierta, y con un punto pedagógico, basada en el diálogo entre los chefs y sus comensales. Tres módulos de cocina dominan el centro del restaurante, alrededor de los cuales se disponen las mesas bajo románticas "nubes" de luz. El magnífico menú degustación ofrece un viaje gastronómico que cuenta con los mejores ingredientes locales y de temporada. ¡Toda la carne procede de su propia granja extremeña!
Els Casals, Sagàs, España
El restaurante disfruta de un comedor decorado con una hermosa carpintería de roble centenario. En el plato se puede degustar caza, charcutería y embutidos llegados, directamente, de la finca familiar. También ofrecen unas sobrias habitaciones y, los residentes, pueden realizar una visita a la granja.
Somiatruites, Igualada, España
El tejado de esta antigua tenería, cerca del Museu de la Pell de Igualada, es ahora un huerto de 400 m², alimentado por compost y agua de pozos. De él salen los productos para el restaurante que regentan David Andrés y su hermano Xavier, que ofrecen una cocina contemporánea y original. ¡El menú es muy económico entre semana!
Les Cols, Olot, España
Es un negocio familiar, pues la chef Fina Puigdevall trabaja junto a sus tres hijas (Clara, Martina y Carlota) y su marido Manuel Puigvert. Creatividad, estacionalidad y sostenibilidad son los valores en los que se basa su cocina, centrada en los productos de la comarca volcánica de La Garrotxa. La familia tiene su propio huerto, que se puede visitar en el centro de I+D de Casa Horitzó, en la Vall de Bianya.
El Celler de Can Roca, Girona, España
A los hermanos Roca les gusta decir que su éxito se debe al equilibrio encontrado en un metafórico "juego a tres bandas", con Joan a cargo de los platos salados, Josep como sumiller y Jordi a cargo de los postres. Juntos, crean una cocina conectada con la tierra y que forma parte de un proyecto sostenible: las verduras se cultivan en su propia parcela, trabajan con productores locales, reciclan sus residuos y apoyan un proyecto botánico (Tierra Animada) que explora las opciones culinarias de los vegetales silvestres.
Casa Albets, Lladurs, España
Ubicado en una masía de larga tradición familiar (data del siglo XI), este restaurante de ambiente rústico ofrece cocina 100% vegana. Los ingredientes son ecológicos y locales, principalmente de su propia huerta. ¡También hay opciones sin gluten!
Lluerna, Santa Coloma de Gramenet, España
El matrimonio que regenta este restaurante, Víctor Quintillà (tras los fogones) y Mar Gómez (al frente de la sala), apuesta por una cocina sostenible que defiende los ingredientes locales: pollos del Penedés, cerdos Duroc, cordero Xisqueta, pichones del Tatjé... En la cocina, visible desde el comedor, el chef y su equipo ofrecen una amplia gama de menús, incluida una opción vegetariana.
Casa Nova, Sant Martí Sarroca, España
Los platos del chef Andrés Torres se inspiran, en gran medida, en los que preparaba su madre en el pasado. Por ejemplo, Puerros marinados con mayonesa de jengibre y Sardinas marinadas con agua de mar y caviar de beluga. Los ingredientes proceden de la zona, incluso de su propio huerto (como las setas shitake que cultivan allí mismo). ¡También crían pollos y disponen de colmenas!
Les Moles, Ulldecona, España
Les Moles es un proyecto familiar. En la cocina, Jeroni Castell, ayudado por su hijo Paul, ofrece una carta y cuatro menús (uno de ellos vegetariano). En una sala decorada en tonos madera, se puede disfrutar de Canelones crujientes de rabo de toro con puré de boniato. Todo ello acompañado de vinos seleccionados por la sumiller Carmen Sauch, esposa del chef.
L'Antic Molí, Ulldecona, España
La filosofía de Antic Molí es Slow Food. En resumen, este antiguo molino harinero está firmemente comprometido con los ingredientes de kilómetro cero. El chef Vicent Guimerà ofrece a sus comensales un menú degustación llamado Mans ('manos') que aboga por los ingredientes locales, la economía circular, la sostenibilidad y la ecología.
Imagen cabecera: : © H10 Madison