Phở o Pho
El pho es, probablemente, el plato vietnamita más conocido en el mundo. Un cuenco humeante presenta una armoniosa combinación de pho (fideos de arroz), carne tierna (ternera o pollo), hierbas aromáticas y un apetecible caldo. Para apreciar plenamente la esencia del pho, hay que saborear el caldo antes de añadir verduras o condimentos. En las regiones septentrionales de Vietnam, es costumbre añadir un chorrito de vinagre al pho de ternera, mientras que el de pollo lleva un toque de limón. En el sur del país, se añade un toque de azúcar al caldo del pho. Además, la variante sureña añade diversos rellenos, como albóndigas de ternera, callos, tendones e incluso rabo de buey. Los sureños enriquecen aún más sus tazones de pho incorporando verduras frescas y hierbas, como albahaca y cilantro, para darle más sabor.
Bánh cuốn o Banh cuon, rollos de arroz al vapor
Los banh cuon se elaboran con harina de arroz cocida al vapor, en una olla grande, con agua, durante unos minutos. Cuando el rollo está cocido, se adorna con carne de cerdo, gambas, champiñones, setas shiitake y cebollas verdes picadas. Este rollo de arroz al vapor suele acompañarse de un surtido de aderezos: unas lonchas de mortadela de cerdo vietnamita, carne de cerdo asada a la canela, pepinos fermentados y brotes de soja y, por supuesto, salsa de pescado dulce.
Bún chả Hà Nội o Bun cha Hanói, cerdo a la parrilla con fideos de arroz
Originario de Hanói, el bun cha es un plato compuesto por tres elementos clave. En primer lugar, un cuenco de lonchas de panceta de cerdo a la parrilla y/o suculentas hamburguesas de cerdo picado, servidas con una salsa suave y verduras encurtidas. A continuación, un plato de delicados fideos de arroz. Por último, una cesta de hierbas frescas, como hojas de shiso, cilantro y lechuga. Para apreciar plenamente esta obra maestra culinaria, empiece por agarrar suavemente unos pocos fideos (preferiblemente con palillos) y sumergirlos en el cuenco de carne de cerdo. Añada algunas verduras crudas y saboree la sorprendente combinación de salado, ácido, picante y dulce. Las lonchas y hamburguesas de cerdo se marinan meticulosamente y se asan al carbón hasta que adquieren un cautivador tono dorado. La salsa, elaborada con una mezcla de salsa de pescado, azúcar, agua y vinagre, consigue un armonioso equilibrio entre dulce, picante y umami, que realza aún más la experiencia gustativa global.
Bánh mì o Banh mi
En Vietnam, el banh mi es una comida callejera omnipresente en todas las ciudades y barrios. Este sustancioso plato presenta multitud de variantes regionales, cada una con sus propias características culinarias. La clave de un banh mi perfecto reside en su meticulosa preparación: el pan debe tostarse hasta alcanzar un dorado crujiente, luego abrirse con delicadeza, untarse con paté, rellenarse con diversas carnes y cubrirse con salsa. En Hanói, el banh mi por excelencia consiste en una delicada capa de mantequilla, paté de hígado, hebras de carne, jamón y unas lonchas de mortadela de cerdo. Para equilibrar los sabores de la carne, se añade cilantro fresco, pepino y guindilla molida para realzar el sabor. En las regiones del sur de Vietnam, el banh mi es más vegetariano. Se añaden rodajas de pepino, rábano blanco, zanahorias encurtidas, cebolla, cilantro y guindilla para crear una explosión de frescura y crujido. Los aderezos son más variados: shumai, cerdo asado, piel de cerdo desmenuzada, mortadela de pescado, menudillos guisados... ¡Los hacen para todos los gustos!
Bánh xèo o Banh xeo, un crujiente crêpe vietnamita
El bánh xèo, también conocido como tortita vietnamita, es una deliciosa tortita frita hecha con una mezcla de harina de arroz, agua y cúrcuma en polvo. Su nombre se debe al chisporroteo que se produce al verter la fina capa de masa de arroz en una sartén caliente. Aunque el relleno tradicional suele ser cerdo o gambas, las variantes actuales ofrecen una amplia gama de opciones, como setas, pato, pollo y marisco. Hay dos tipos distintos de bánh xèo.
En la región central, el bánh xèo pequeño es especialmente popular. Estas tortitas no son ni demasiado gruesas ni demasiado finas. El resultado es blando y se pliega fácilmente. Suelen servirse en pequeños cuencos o platos, acompañados de verduras frescas y una salsa, lo que permite a los comensales personalizar sus bocados. En el sur, el bánh xèo adopta una forma más grande, parecida a un plato grande. Es crujiente, con una textura ligeramente gomosa en el centro y ligeros sabores a leche de coco. El relleno suele ser panceta de cerdo, gambas y judías verdes. Este bánh xèo se corta en trozos pequeños, se envuelve en lechuga con varias hierbas y, a veces, en papel de arroz. El último paso es mojar los rollitos en una deliciosa salsa de pescado agridulce.