Noticias 3 minutos 02 septiembre 2025

La Guía MICHELIN apoya la campaña Restaurantes contra el Hambre 2025

Un año más, la Guía MICHELIN respalda Restaurantes contra el Hambre, una campaña solidaria que tiene como objetivo mejorar el acceso a la alimentación en España.

Comer bien puede significar mucho más que disfrutar de un buen plato. La campaña solidaria Restaurantes contra el Hambre, impulsada por la ONG Acción contra el Hambre y respaldada un año más por la Guía MICHELIN, regresa del 15 de septiembre al 15 de noviembre con un objetivo claro: transformar realidades a través de la gastronomía.

Durante estos dos meses, restaurantes, bares y cafeterías de toda España convierten una propuesta de sus cartas en un plato solidario, destinando entre 0,50 y 2 euros de su precio a proyectos de Acción contra el Hambre. Esta ONG combate las causas y los efectos del hambre en 55 países y, en España, facilita el acceso al empleo de personas en situación de vulnerabilidad, ofreciéndoles una herramienta para salir de la exclusión y la inseguridad alimentaria.

La campaña Restaurantes contra el Hambre parte de un gesto sencillo, pero con un impacto real: lo que pide el comensal se transforma en parte de una cadena de ayuda que empieza en la cocina y llega hasta miles de familias que lo necesitan. A lo largo de los 16 años de esta iniciativa, más de 12.500 restaurantes han aportado su granito de arena, recaudando más de 1,6 millones de euros para mejorar el acceso a una alimentación de calidad en España a personas en situación de vulnerabilidad.

Este año, nombres tan reconocidos como Quique Dacosta (restaurante homónimo, en Dénia) y Susi Díaz (La Finca, en Elche) vuelven a ser embajadores de la campaña, con el apoyo de Pedro Subijana (Akelaŕe, en San Sebastián), demostrando que la gastronomía puede —y debe— ser una herramienta de cambio social.

La edición 2025, bajo el claim “Alimentamos Cambios”, rinde homenaje a todos los eslabones que hacen posible el acto de comer fuera: desde el ayudante que pica verduras y el chef que crea la receta, hasta el cliente que se sienta a la mesa. Todos, sin excepción, tenemos un papel en esta historia.



El hambre y la inseguridad alimentaria, una realidad que no podemos ignorar

Según las Naciones Unidas, en 2022, 735 millones de personas —casi un 10 % de la población mundial— vivían en situación de hambre crónica. En España, la realidad también es preocupante: más de 6 millones de personas no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación, y casi uno de cada siete hogares no tiene acceso de manera regular a la cantidad y variedad de alimentos necesarios para una dieta equilibrada (datos extraídos del informe Alimentando un futuro sostenible, de la Universidad de Barcelona y la Fundación Daniel y Nina Carasso).

Frente a este panorama, Restaurantes contra el Hambre es una invitación a actuar desde lo cotidiano: convierte el acto de comer fuera en un gesto que ayuda a que otras personas tengan un plato en su mesa. Hablamos con tres restaurantes que participan este año de la campaña para conocer, de primera mano, por qué creen que vale la pena sumarse a esta causa. Cada uno demuestra que la solidaridad no es algo abstracto: se cocina, se sirve y se comparte en cada mesa.

Vídeo de la campaña de 2025 de Restaurantes contra el Hambre

Ca´n Boqueta (Sóller, Mallorca)

Desde el corazón de Sóller, en Mallorca, Xisco Martorell —Kiko para los amigos— lidera Ca’n Boqueta, reconocido con el premio Bib Gourmand de la Guía MICHELIN por su cocina regional reinventada a un precio justo. Para él, sumarse a Restaurantes contra el Hambre es “un orgullo” porque “comer no debería ser un privilegio, sino un derecho básico para todos”. Le duele saber que “mientras unos disfrutamos de una cocina creativa, otros no tienen ni un plato al día”. Cree que la alta gastronomía también puede combatir el hambre “con conciencia”: aprovechando al máximo cada producto, reduciendo el desperdicio y transmitiendo valores. “Cada plato bien gestionado, cada campaña compartida, suma”. También defiende educar, apoyar el producto local y a los pequeños productores, e impulsar políticas alimentarias más justas. Lo resume así “No quedarse quietos: la unión hace la fuerza”.

Xisco Martorell, chef del restaurante Ca´n Boqueta y uno de sus platos. © Derecha: Francisco Martortell Durán / Izquierda: Kiko Martorell/Ca´n Boqueta
Xisco Martorell, chef del restaurante Ca´n Boqueta y uno de sus platos. © Derecha: Francisco Martortell Durán / Izquierda: Kiko Martorell/Ca´n Boqueta

El Cel de les Oques (Terrassa, Barcelona)

Sergio e Inma dirigen El Cel de les Oques, otro Bib Gourmand, localizado en pleno casco histórico de Terrassa, donde presentan una cocina tradicional reinventada. Para ellos, participar en la campaña es “dar continuidad a nuestro compromiso de tener un retorno hacia la sociedad” porque “la cocina con sentido puede ser una herramienta transformadora”. Convencidos de que la gastronomía puede convertir su visibilidad y capacidad de emocionar en acción, subrayan que los restaurantes pueden sensibilizar, recaudar fondos y dar ejemplo, implicando a equipos, clientes y proveedores. No es casualidad que su propuesta se base en un enfoque comprometido con el territorio y el producto de proximidad. “La lucha contra el hambre está ligada a cómo consumimos, producimos y compartimos, y ahí tenemos mucho que decir”, remarcan.

Inma y Sergio recibieron el sello Somos Solidaridad Km 0 por la participación del restaurante El Cel de les Oques en la iniciativa Restaurantes contra el Hambre en el 2024. A la derecha, uno de los platos del restaurante, que ofrece cocina tradicional con un toque moderno. © El Cel de les Oques
Inma y Sergio recibieron el sello Somos Solidaridad Km 0 por la participación del restaurante El Cel de les Oques en la iniciativa Restaurantes contra el Hambre en el 2024. A la derecha, uno de los platos del restaurante, que ofrece cocina tradicional con un toque moderno. © El Cel de les Oques

Nunuka - Bistrot Georgia (Madrid)

En pleno barrio de Chueca, Nunuka invita a descubrir la cocina georgiana en clave bistró, con Nino Kiltava como alma del proyecto y el chef David Narimanashvili en los fogones. Desde el principio, Nino tuvo claro unirse a Restaurantes contra el Hambre: “Si desde algo tan cotidiano como servir un plato podemos combatir el hambre, es un honor formar parte y lo haremos siempre”. Todo el equipo se implicó y se ilusionó con la iniciativa: “Es un pequeño gesto, pero creo firmemente en la fuerza de la suma de pequeñas acciones”. Para ella, la gastronomía es “muy poderosa: llega a mucha gente, genera experiencias y crea vínculos. Y cuando detrás de cada plato hay una historia de compromiso, se convierte en una herramienta real de transformación”. Además, defiende que el cambio empieza en casa: cuidar al equipo, mimar los recursos, elegir proveedores responsables, comunicar lo que se hace y apoyar causas sociales. “La cocina es generosidad; cuando se extiende más allá del plato, puede llegar muy lejos”.

En Madrid, en la entrada de Nunuka: Nino Kiltava, su fundadora, y David Narimanashvili, su chef. Uno de los platos de cocina georgiana del restaurante. © Izquierda: Nino Kiltcava. / Derecha: Nunuka
En Madrid, en la entrada de Nunuka: Nino Kiltava, su fundadora, y David Narimanashvili, su chef. Uno de los platos de cocina georgiana del restaurante. © Izquierda: Nino Kiltcava. / Derecha: Nunuka

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Imagen de cabecera: Restaurantes contra el Hambre lucha por un futuro en el que todos tienen acceso a una alimentación de calidad © Acción contra el Hambre

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