Reportajes 4 minutos 23 junio 2023

Destinos catalanes para probar cocina local de kilómetro cero

Desde los Pirineos hasta el mar Mediterráneo, alternativas para todos los gustos y públicos

La gastronomía del futuro pasará por la cocina de kilómetro cero. Esa que cultiva sus vegetales y hortalizas en las cercanías de los restaurantes, cuya carne proviene de los pueblos aledaños y, los pescados, de los ríos y mares más cercanos. En los viajes gastronómicos, una de las reglas básicas es disfrutar de la cocina local, de temporada y de producto, descubriendo la cultura de un destino y fomentando, directa e indirectamente, la pervivencia de las personas que viven de ello. Estas son las bases para descubrir, en un viaje cultural, histórico y gastronómico, la Cataluña más desconocida a través de su cocina local de kilómetro cero.


Primera parada: Anglès


Ensalada de tomates de la huerta © Restaurant L’Aliança/L’Aliança 1919 d’Anglès
Ensalada de tomates de la huerta © Restaurant L’Aliança/L’Aliança 1919 d’Anglès

Entre la desembocadura del río Ter y la del Osor, muy cerca de la ciudad de Girona, se encuentra el municipio de Anglès. Su barrio gótico es una visita imprescindible por ser uno de los más antiguos y mejor conservados de Cataluña. Además, en un paseo por sus calles se pueden ver otras muestras de su pasado a través de casas medievales, caserones góticos o edificios noucentistes como Can Cendra y Can Camps.

En un edificio de 1919 que, en origen perteneció a una alianza de agricultores para después transformarse en casino y club social, se encuentra en la actualidad la parada gastronómica de este destino: L’Aliança d’Anglès. Este restaurante, en manos de la familia Feliu desde los años 50, ofrece a sus comensales una cocina tradicional catalana donde los productos de proximidad tratados con respeto y sensibilidad son el centro de sus dos menús degustación.


Amar la mar

El producto de mar llega fresco a la mesa de Amar Barcelona © Carlos Garralaga/Amar Barcelona
El producto de mar llega fresco a la mesa de Amar Barcelona © Carlos Garralaga/Amar Barcelona

La salida al mar de la ciudad de Barcelona es uno de los grandes motivos para disfrutar del producto de mar en este territorio. La Ciudad Condal tiene mucho que ofrecer a los visitantes, desde un paseo por el barrio del Raval hasta subir a los bunkers del Carmen para disfrutar de una de las mejores puestas de sol de España. Además de una cultura e historia realmente notable, de la que es conocedora buena parte de sus visitantes, Barcelona tiene una gastronomía inmensa que abarca todo tipo de gustos y públicos.

En plena Gran Vía de las Cortes Catalanas se encuentra uno de los restaurantes más importantes para vivir del producto de mar en toda su esencia, Amar Barcelona. La apuesta gastronómica del hotel El Palace, con la asesoría del chef Rafa Zafra, es una oda al producto del Mediterráneo y al mar que acaricia la ciudad de Barcelona. Ostras, marisco, pescados de todo tipo y de gran tamaño combinados con platos tradicionales de la tierra son los ejes que guían la carta de este local.

Los que quieran seguir disfrutando de la cocina catalana sencilla y hecha con cariño encontrarán su espacio en alkostat a través de una serie de platos pensados para compartir. Jordi Vilà ha creado en este lugar un templo de los platos de casa, locales al cien por cien y con producto de proximidad. Elaboraciones como su Romesco de beterraga y pistacho salvaje con flor de calabacín, queso fresco y albahaca, el Fricando de ternera a la parmigiana, los Buñuelos de bacalao con romesco de garbanzos a la llauna o su Plato de escalivada con virutas de mojama de bonito, son algunas recetas que no se pueden dejar de probar esta temporada.


Entre viñedos y monasterios

Huevos con foie en Hostal Colomí © Hostal Colomí
Huevos con foie en Hostal Colomí © Hostal Colomí

La Cuenca de Barberá, en la provincia de Tarragona, es una de las zonas más bellas e interesantes para descubrir todo lo que rodea la historia, la cultura y el vino de la comarca. Es por eso por lo que su nombre lo lleva una de las más grandes y desconocidas Denominaciones de Origen de este país, DO Conca de Barberá, bajo el que se enmarcan numerosas bodegas que forman parte de la ruta de Catedrales del Vino, esas bodegas de estilo modernista a las que solo por su arquitectura y su aportación a la cultura hay que rendirles pleitesía.

En esta ruta de bodegas vale la pena hacer una parada para reponer fuerzas en Cal Travé, en el pueblo de Solivella, donde la familia que lo regenta ofrece una cocina catalana de base tradicional, con buenos guisos y platos a la brasa. Otra alternativa para comer o cenar en los alrededores es Hostal Colomí, una casa familiar convertida en alojamiento con restaurante donde las hermanas Camps, Nati y Rosita, trabajan la parrilla vista y la cocina casera con platos de corte tradicional y regional. Dos paradas seguras para disfrutar de la gastronomía de la tierra en plena Cuenca de Barberá.


Rodeados de volcanes

El pase del cangrejo de río de Les Cols © Pablo García/Les Cols
El pase del cangrejo de río de Les Cols © Pablo García/Les Cols

La zona volcánica de la Garrocha es una de las grandes maravillas de la provincia de Gerona, un área natural ideal para realizar senderismo en el inmenso Parque Natural de la Garrotxa entre sus conos volcánicos. Y, también, para hacer visitas culturales entre algunas de sus localidades medievales como Santa Pau, una villa del siglo XIV construida alrededor de un castillo, o Besalú, una joya medieval imprescindible declarada en 1966 como uno de los Conjuntos Históricos-Artísticos mejor conservados de Cataluña.

En esta zona, llena de parajes verdes y volcanes inactivos hay dos visitas gastronómicas imprescindibles a través de las que entender un poco más sobre la cocina y los productos de esta tierra. La primera de todas es Les Cols, el restaurante donde Fina Puigdevall y sus hijas, Clara, Martina y Carlota, además de su marido Manel Puigvert, trabajan la cocina local a conciencia, con productos de esta comarca volcánica, defendiendo su filosofía de trabajo con “alimentos no viajados”. Comer en esta antigua masía familiar rodeada por naturaleza es un auténtico viaje organoléptico por la Garrocha. Ofrecen dos menús degustación: Naturaleza viva & mítica y Horizonte verde & sostenible.

Un poco más arriba, rozando esta comarca pero adentrándose en el Ripollés, se encuentra Can Jepet, ubicado en Setcases. Un restaurante rústico, en medio de este pueblo pirenaico de casas y calles de piedra, que hace las delicias de los amantes de la naturaleza. Aquí los sabores de la tradición se enfocan en los Pirineos, ofreciendo a sus comensales una cocina de corte tradicional y con mucho sabor a casa. Lo que llaman los ingleses y americanos: confort food.

Este viaje por Cataluña es un recorrido que no cesa a través de algunos de sus pueblos con más encanto y los restaurantes perfectos en los que disfrutar de la cocina. Una muestra más de que, sin salir de España, podemos disfrutar de una gastronomía de altura en un territorio inimaginable. Es el momento de coger la carretera y descubrir todo lo que se esconde en nuestro país.


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Imagen cabecera: Erizo con caviar en Amar Barcelona © Carlos Garralaga/Amar Barcelona

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