Más que un restaurante... ¡es un retazo de historia! No en vano, ocupa un edificio de 1919 que perteneció a una alianza de agricultores y funcionó como casino o club social.
El negocio, en manos de la familia Feliu desde los años 50, está hoy bajo la dirección de Cristina Feliu y su pareja, el chef Àlex Carrera, que llegó aquí tras varios años trabajando en El Celler de Can Roca. En este local, que enamora por su aire decimonónico y sus detalles vintage, encontrarás una cocina de corte actual que destaca por sus snacks, delicados e intensos, y donde siempre adquieren enorme protagonismo los productos de proximidad. Encontrarás dos menús degustación: Descubierta y Emoción (ambos empiezan con "La hora del vermú"). ¿Un plato emblemático de la casa? La Cebolla de Figueres servida en dos secuencias (por un lado, un bombón frío con caldo concentrado de cebolla y por otro la cebolla rebozada, sobre una base de crema de queso de cabra, caldo de cebolla tostada y cordón de pomada de cebollino).