Bilbao no es una plaza fácil para destacar en el mundo gastronómico; sin embargo, aquí es donde el chef Álvaro Garrido decidió templar sus armas, en un discreto local ubicado frente al mercado de La Ribera y a orillas de la ría. La casa, que debe su nombre al antiguo acceso minero que existió bajo el edificio, sorprende por su estética, con una delicada labor de interiorismo donde la cocina vista, la piedra y la madera (la barra es una única pieza de roble) conviven con los detalles de vanguardia.
El chef, muy bien apoyado en la sala por su esposa Lara Martín, propone una cocina de autor con elementos de fusión y un único menú degustación (existe una opción corta y otra larga). La cocina es abiertamente de temporada y exalta el uso de proveedores locales, algo que puedes comprobar en platos como su Vigésimo tercer bonito de esta temporada con codium o los deliciosos Callos de bacalao, salsa ahumada y seta de cardo. ¡Come en la barra viendo trabajar a los cocineros!