Los hoteles se han convertido en destinos en sí mismos. Tiempo atrás, los alojamientos eran lugares en donde hacer noche; espacios de parada y fonda para visitar una ciudad o hacer un alto en el camino. Hoy los hoteles están pensados para vivir desde el interior, desde las habitaciones y las salas comunes hasta las áreas de wellness o las experiencias gastronómicas. Las instalaciones de los hoteles están cada vez más pensadas para que el cliente las disfrute en sus largas estancias o, incluso, para no salir al exterior. Estos son algunos de los alojamientos en los que disfrutar de unas vacaciones únicas y, lo que es mejor, querer quedarse a vivir.
Entre arena volcánica
Al sur de la isla de Tenerife, muy cerca de Adeje, la que fuera la capital del antiguo reino guanche, se encuentra el hotel Royal Hideaway Corales Resort, un hospedaje convertido en paraíso gastronómico pensado para todo tipo de públicos. Con forma de barco y dividido en dos -Royal Hideaway Corales suites, para familias, y Royal Hideaway Corales Beach, solo para adultos-, este alojamiento está ideado para no querer salir de él. Con acceso directo a una pequeña, pedregosa y preciosa playa, diferentes áreas de piscinas y un spa enfocado en la completa relajación, el hotel de Royal Hideaway se convierte en un destino perfecto para disfrutar de las vacaciones. A esto se le suman los diferentes restaurantes que se encuentran en su interior, entre ellos, dos italianos, uno especializado en pescados y una gastro-azotea perfecta para disfrutar de un atardecer con vistas a la costa.
Sin olvidar que también en su interior se encuentran ubicados El Rincón de Juan Carlos, la propuesta de los hermanos Padrón, Juan Carlos y Jonathan, basada en el recetario canario, San-Hô, un local que fusiona el recetario japonés con el peruano haciendo guiños en sus platos a las Islas Canarias, y Il Bocconcino by Royal Hideaway, un italiano diferente con una maravillosa terraza donde trabajan el recetario trasalpino con el mejor producto autóctono de la zona, desde un punto de vista moderno.
Un alojamiento con historia
El espacio que acoge hoy día el precioso Hotel Spa Relais & Chateaux A Quinta da Auga era en el siglo XVIII una de las antiguas fábricas de papel localizadas en las afueras de Santiago de Compostela. Tanto su interior como su exterior, rodeado de una hectárea de campo, se han logrado mantener prácticamente intactas, convirtiéndose así en uno de lo hoteles boutique más bellos de Galicia. En manos de la familia Lorenzo García, quienes han transformado este complejo, el hotel se ha convertido en un auténtico remanso de paz al que ir a descansar, cuidarse y mimarse también desde su spa. Su cocina también es un punto clave dentro de la experiencia. Con dos restaurantes, Qcafebar se posiciona como un pequeño bistró francés en el que disfrutar comiendo platos para compartir; mientras Filigrana ofrece la más pura cocina tradicional gallega.
Lujo campestre
Entre Girona y la frontera con Francia se encuentra un hotel de lujo único pensado por y para el cliente. Se trata de Hotel Peralada Wine Spa & Golf, un alojamiento en el que todo gira alrededor del bienestar, el vino, el descanso, el deporte y la buena gastronomía. Rodeado de uno de los mejores campos de golf de la Costa Brava, este hotel es también una oda al vino en sí mismo: cuenta con viñedo y bodega propia, dos vinotecas y un spa especializado en vinoterapia. Además, su cocina es otro de sus puntos fuertes. L'Olivera y Shiro by Paco Pérez son dos de sus restaurantes, siendo este último una apuesta por los sabores del Empordà con toques asiáticos. Sin embargo, la joya gastronómica del hotel es Castell Peralada, un restaurante donde la cocina tradicional ampurdanesa es el centro de todas las miradas.
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En medio del campo
La naturaleza guipuzcoana es una de las señas de identidad del hotel Iriarte Jauregia, localizado en Bidania-Goiatz, al sur de San Sebastián. Rodeado de caseríos ubicados en medio del verde intenso de estos campos plagados de ovejas y vacas, este antiguo palacio del siglo XVII esconde en su interior un precioso hotel boutique con aires modernos. Su mampostería, conservada en su mayoría intacta, está a la vista en algunas de las paredes de sus habitaciones, haciendo todavía mucho más especial una estancia en sus instalaciones. Las 19 habitaciones cuentan con unas vistas exteriores que sirven de telón de fondo para una escapada de relax a la que se le suma la buena cocina que ofrece el hotel. Bailara es el nombre del restaurante gastronómico en el que Enrique Fleischmann ofrece una experiencia sorpresa vinculada a la tierra, al producto de temporada y a la carne de los ganaderos del entorno. Con aires más informales se encuentra Bistró IJH, un restaurante de corte más tradicional donde el cocinero pone en valor las recetas tradicionales y los guisos más típicos de la cocina vasca e internacional.
Dormir en lugares únicos
La antigua estación de tren de Canfranc, en Huesca, es hoy día uno de los hoteles gastronómicos de los que más se está hablando. Bajo el nombre Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel, y con los Pirineos aragoneses de fondo, este alojamiento ha sabido conservar a la perfección la historia de este edificio construido en 1928. Su estética recuerda a principios del siglo XX, con la idea de que el cliente sea capaz de hacer un viaje en el tiempo a través de sus pasillos y habitaciones. Su spa es uno de los must del hotel, por estar pensado para el disfrute total de su clientela. Lo mismo sucede con su restaurante, Canfranc Express, localizado en un antiguo vagón de tren donde Eduardo Salanova y su equipo han creado una experiencia exclusiva para hacer disfrutar a los comensales de la historia de este lugar de la mano de la alta cocina aragonesa.
Un hotel-museo
A escasos metros de la Puerta del Sol, el kilómetro cero de España, se encuentra el Hotel Urban, un alojamiento contemporáneo especialmente conocido por las numerosas muestras de arte que se encuentran en su interior. Este edificio de estética industrial es propiedad del hostelero Jordi Clos, coleccionista de arte y director de la sociedad arqueológica, motivo por el cual su sótano alberga una colección permanente de obras de arte egipcias y las habitaciones acogen como decoración antigüedades de origen hindú y chino acompañadas de sus respectivas cartelas en donde se explica cada una de las obras. Como si de un museo se tratase, este hotel es la combinación perfecta entre ubicación, historia, wellness, cultura y gastronomía, puesto que en sus instalaciones se encuentra también el restaurante Cebo, bajo el mando de Javier Sanz y Juan Sahuquillo, y Glass Bar, una coctelería en manos de Simone Caporale y Marc Álvarez.
Cada vez son más los hoteles que apuestan por ofrecer una experiencia 360º a sus clientes vinculando, no solo un hospedaje de altura, si no una gastronomía excelente con unas instalaciones de cuidado y bienestar que inviten a no querer salir del complejo. Estos son solo algunos de los hoteles en los que querer quedarse a vivir.
Imagen de cabecera: Hall de acceso al hotel Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel © Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel
