Viajes 6 minutos 11 junio 2024

2 días en París

París era y sigue siendo una fiesta, sobre todo para los gourmets. La capital francesa propone una incomparable variedad de experiencias que abarca desde el bistró con solera, en el que nada parece haber cambiado desde hace siglos, hasta el último local de tendencia que juega a desafiar los códigos de la gastronomía gala o los innumerables restaurantes con Estrella MICHELIN que elevan el comer al rango de arte. En París, por supuesto, tampoco faltan hoteles a cuál más chic y refinado. De la Rive Droite a la Rive Gauche pasando por las orillas del Sena, disfruta al máximo de la ciudad gracias a este itinerario de dos días que te permitirá descubrir los mejores restaurantes y hoteles seleccionados por la Guía MICHELIN.

Día 1: Rive Droite

Distrito I (Museo del Louvre/Les Halles), Distrito II (la Bolsa), Distrito III (Le Marais), Distrito IV (Île de la Cité/Île St-Louis & Beaubourg), Distrito IX (Ópera Garnier/Pigalle), Distrito XVIII.

Mañana
Nos despertamos en uno de los hoteles más deseados del centro de París para estar a pie de obra desde bien temprano. El hotel boutique Edgar & Achille se alza en la pintoresca plaza del Sentier, un barrio atravesado por pasajes acristalados en los que todavía flota el encanto del París de antaño. El establecimiento, decorado por estilistas como Pierre Frey, luce una estética chic y un punto excéntrico que atrae a una clientela urbanita deseosa de alojarse en un lugar con carácter. 

Para una estancia más selecta siempre podrás optar por el Hôtel Madame Rêve, acondicionado en las antiguas oficinas de Correos del Louvre: un espectacular edificio decimonónico meticulosamente rehabilitado por el arquitecto y urbanista Dominique Perrault. Sus espaciosas habitaciones lucen un look contemporáneo con algún que otro guiño al pasado del edificio, entre ellos las obras de arte que decoran las paredes. El restaurante panorámico y la azotea ofrecen unas vistas de la ciudad difíciles de superar.

© Edgar & Achille
© Edgar & Achille

¿Listos para pasar una inolvidable jornada disfrutando de París y de sus delicias gastronómicas? Antes quizá convenga cargar las pilas tomando un café en Partisan, un local de la calle Saint-Martin que tuesta sus propios granos procedentes de las mejores plantaciones. La estética neoindustrial –ladrillo visto, columnas de metal y barra oscura– nos traslada inevitablemente a Brooklyn. 

Tras atravesar la explanada del Centro Pompidou –que los amantes del arte moderno estarán deseando visitar–, pondremos rumbo hacia el barrio del Marais. A través de sus calles jalonadas de palacetes llegaremos hasta el animado Marché des Enfants Rouges (mercado de los “Niños Rojos”), uno de los lugares más a la última de París. En él encontrarás todo tipo de propuestas gastronómicas.

Almuerzo
En la zona que se extiende entre el barrio de Les Halles y el museo del Louvre abundan buenos locales en los que almorzar. Si te apetece un bistró con una carta fiel a la tradición, dirígete al restaurante La Poule au Pot. Inaugurado en 1935 y hoy propiedad del chef Jean-François Piège, el local sigue luciendo su magnífico decorado años 30, mientras que, en la mesa, la cocina familiar francesa cobra vida en forma de generosos clásicos de impecable factura: Sopa de cebolla gratinada, Guiso de molleja de ternera, Isla flotante con garrapiñadas rosas…

© Edouard Caupeil/Yam'Tcha
© Edouard Caupeil/Yam'Tcha

Si te apetece algo más exótico, prueba Lai’Tcha, el bistró de la chef Adeline Grattard, conocida también por su restaurante con una Estrella MICHELIN: el Yam’Tcha. Su cocina de inspiración china elaborada con ingredientes cuidadosamente escogidos destaca por la calidad y precisión de su ejecución, incluyendo platos como los deliciosos Dim sum con langostinos empanados o la suculenta Ensalada de ternera gallega con setas de cardo.


Tarde
Tras el almuerzo, es hora de dar un paseo: al salir de la magnífica galería cubierta Véro Dodat estaremos prácticamente a un paso de los soportales del Palais Royal. No lejos de aquí, el establecimiento Caves Legrand puede presumir de ser la tienda de vinos más antigua de Francia (1880) y de contar con una increíble selección de etiquetas y añadas antiguas.

Al salir, podremos pasear por la explanada del Louvre y admirar la fantástica pirámide de cristal diseñada por Ieoh Ming Pei. Los amantes del arte querrán tomarse unas horas para visitar alguna de las secciones del mayor museo del mundo, tras lo cual pondremos rumbo hacia el Petit Palais, en los Campos Elíseos. Este café acondicionado en su verde patio es ideal para relajarse tomando un expreso o un refresco. Si, por el contrario, te pierden los macarons, nuestro consejo es que vayas a Ladurée, un clásico entre los clásicos de la repostería.

© Constantin Mirbach/Caves Legrand
© Constantin Mirbach/Caves Legrand

Cena y noche
Cambio de atmósfera radical en Pigalle y su Moulin Rouge. La zona conocida como SoPi (South Pigalle) se ha convertido en los últimos años en uno de los barrios más a la moda de la capital en la que no faltan, como era de esperar, los buenos restaurantes. Nosotros te proponemos dos. Si te gustan los bistrós de corte actual, Le Pantruche es un local con un toque canalla que se divierte reinterpretando los clásicos de bistró: Raviolis de marisco y ricotta, Aguja de ternera confitada con miso, Soufflé Grand Marnier… ¡De toma pan y moja!

La otra posibilidad sin alejarse de la zona es el Frenchie Pigalle de Grégory Marchand. Este restaurante, a la última acondicionado en la planta baja del hotel Grand Pigalle, es ideal para una cena desenfadada en la que disfrutarás compartiendo (o no) una serie de platos de sabores perfectamente equilibrados y en su punto. A nosotros nos ha encantado la Pluma ibérica acompañada con un buen vino de la Côte Roannaise.

© Grand Pigalle
© Grand Pigalle

Después, será hora de subir hasta la legendaria Butte Montmartre. De noche, el ambiente se hace misterioso, sobre todo en las escaleras que suben hasta esta colina en la que flota parte del espíritu de París. En la Avenue Junot, nos aguarda Le Très Particulier, una coctelería chic situada en una bonita casa escondida en el corazón de un jardín privado.

Acabada la velada, volveremos a bajar para una noche de merecido descanso en el hotel Grand Pigalle, cuyos dueños, antes de dedicarse al mundo de la hotelería, se hicieron famosos por sus bares de copas. Sus 40 habitaciones decoradas por Dorothée Meilichzon –la nueva cabeza de cartel de la hostelería de tendencia– respiran un aire bohemio (cómo no) ideal para una escapada romántica. ¿En el minibar de cada habitación? Cócteles preparados por el mixólogo de la casa.

Otra posibilidad es reservar en el Hotel Pulitzer Paris, que sigue las mismas pautas (triunfadoras) que el establecimiento barcelonés de la marca. Su cálido ambiente, elegante pero no recargado, invita al relax y a disfrutar de la estancia. La decoración de las habitaciones juega con los elementos típicos de la arquitectura parisina, incluidos los techos abuhardillados y los balcones con bonitas barandillas de hierro forjado.

© Hotel Pulitzer Paris
© Hotel Pulitzer Paris


Día 2: Rive Gauche

Distrito V (Barrio Latino), Distrito VI (St-Germain/Luxemburgo), Distrito VII (Torre Eiffel/Museo de Orsay), Distrito XV (Estación de Montparnasse/Instituto Pasteur), Distrito XVI (Trocadero).


Mañana
En París hay un sinfín de cafés con solera: visitar uno o dos durante tu estancia no es una opción. ¿Qué puede haber más icónico que tomar un café con croissant en el Café de Flore o en Les Deux Magots, ambos en el barrio de Saint-Germain-des-Prés?

Para un coffee shop a la última, dirígete más bien a la Rue de Babylone: el Café Coutume propone excepcionales cafés de especialidad preparados en forma de expreso (en una rutilante máquina La Marzocco) o en cafetera de filtro. Todo en un bonito marco contemporáneo.

A un paso de aquí, La Grande Épicerie es la referencia entre los gourmets parisinos. Se trata de la sección de alimentación de los míticos grandes almacenes Bon Marché, fundados en 1838. El lugar rebosa de productos de excelente calidad, desde panes y dulces hasta quesos, vinos y licores. También verás platos que no encontrarás en ningún otro sitio, elaborados con motivo de colaboraciones ocasionales con marcas y productores de prestigio.

© TheTravelbudsxLaGrandeEpicerie
© TheTravelbudsxLaGrandeEpicerie

Para llegar a las orillas del Sena no hay más que recorrer la calle del… Sena, la cual desemboca junto a la Académie Française. Desde el Pont des Arts, admiraremos la vista de la isla de la Cité y de la aguja de Notre-Dame, que vuelve a ser visible tras su restauración. A nuestras espaldas se levanta el espléndido museo de Orsay, acondicionado en una antigua estación de tren del s. XIX construida frente a la extensa fachada del museo del Louvre.

Almuerzo
Para el almuerzo, pondremos rumbo al Semilla, un bistró moderno y desenfadado con una sabrosa cocina de corte actual elaborada con productos procedentes de diferentes regiones de Francia: melocotones de Vendée, hortalizas del Valle del Loira, aves de corral de la Dombes... A los vegetarianos les encantará saber que hay un menú pensado especialmente para ellos.

La alternativa para un almuerzo más tradicional puede ser el restaurante Allard, un local con historia hoy propiedad del gran chef Alain Ducasse. Abierto desde 1932, el restaurante perpetúa la leyenda de los bistrós parisinos a través de su decoración, su atmósfera y su cocina. Es el lugar ideal para deleitarse con algunos de los grandes clásicos del repertorio francés, entre ellos los Caracoles a la mantequilla, el Lenguado meunière o los Profiteroles con chocolate.

© itsalltomfoolery/Instagram
© itsalltomfoolery/Instagram

Tarde
Después de comer, nada como un paseo por el famoso Barrio Latino, el barrio de los estudiantes desde la Edad Media. Sus sinuosas callejas nos dan una idea de cómo debió de ser París en tiempos de François Rabelais. Después podremos remontar el monte Sainte-Geneviève para llegar hasta el Panteón, una antigua iglesia donde reposan los restos de las grandes personalidades de la historia de Francia. De momento no hay ningún cocinero, una pena...

Para la merienda pondremos rumbo al agradable jardín del Luxemburgo, donde se encuentra el salón de té Angelina, famoso por su Chocolate a la taza à l’ancienne. Eso sí, tendremos que esperar un poco, ya que son muchos los adictos al chocolate que vienen hasta aquí para obtener su dosis de cacao.

Cena y noche
Del Luxemburgo caminaremos en dirección a la Assemblée Nationale para disfrutar de una cena en uno de los restaurantes parisinos que más expectación suscita en estos momentos: el Hémicycle. La cocina del chef Flavio Lucarini, con sus discretos toques transalpinos, es refrescantemente atrevida y técnicamente impecable. El marco, ideal, invita a prolongar la cena. Y no es para menos: los postres de Aurora Storari, pareja del chef, revelan un virtuosismo fuera de lo común.

Apionabo y manzana, ganache montada con apionabo asado, compota de manzana Redlove y pimienta roja / Hémicycle © Thomas Dhellemme
Apionabo y manzana, ganache montada con apionabo asado, compota de manzana Redlove y pimienta roja / Hémicycle © Thomas Dhellemme

Justo al lado, el Café des Ministères está siempre lleno a causa de su golosísima cocina familiar. Quienes lo frecuentan suelen sucumbir a su Volován con mollejas y bogavante, mientras que los más atrevidos se dejan tentar por la Col de Pontoise rellena. Para acompañar la degustación, hay una magnífica carta de vinos, con un montón de nuevos descubrimientos.

Para terminar la velada, nada mejor que un cóctel o una copa en Cravan, en el bulevar Saint-Germain. Esta gran coctelería distribuida por las cuatro plantas de un edificio del s. XVIII con aires contemporáneos atrae a lo más granado de la noche parisina por su amplia carta de bebidas y licores.

Villa M
Villa M

La Rive Gauche ofrece no pocas opciones para pasar la noche. El hotel Monge, por ejemplo, ocupa un elegante palacete del s. XIX. Sus cuarenta habitaciones de aires distinguidos (suelos de parqué, molduras y techos altos) tienen algo que inspira paz. Nos encantan las obras de arte y el papel pintado que alegran las diferentes estancias y el pequeño hammam, un regalo tras un día recorriendo París.

El alojamiento Villa M, por su parte, despliega su moderna fachada cubierta de vegetación en las inmediaciones de la estación de Montparnasse. Su opulenta decoración, obra del diseñador Philippe Starck, juega con la acumulación de muebles de diseño y obras de arte. Terraza exterior con plantas, bar de estética contemporánea, azotea… ¡No falta un detalle!


Agenda de direcciones:
Cravan 165 bd St Germain, 75006 París
La Grande épicerie80 r Passy, 75016 París
Coutume 47 r de Babylone, 75007 París
Les Deux Magots, 6 pl St Germain des Prés, 75006 París
Café de Flore, 172 bd St Germain, 75006 París
Le très particulier Pavillon D 23 avenue Junot, 75018
Ladurée 75 av Champs Elysées, 75008 París
Petit Palais Av Winston Churchill, 75008 París
Caves Legrand 1 r Banque, 75002 París
Marché des Enfants Rouges 37 r Bretagne, 75003 París
Pompidou 4 r Aubry le Boucher, 75004 París
Partisan, 36 r Turbigo, 75003 París


Suscríbete a nuestra newsletter para recibir un avance de las nuevas direcciones seleccionadas por los inspectores de la Guía MICHELIN, recetas exclusivas de los chefs y mucho más.

Encuentra los mejores restaurantes y hoteles del mundo en la web de la Guía MICHELIN y en su App, tanto para iOS como para Android. ¡Inscríbete, haz tu lista de favoritos y realiza las reservas!


Imagen de cabecera: Villa M



Viajes

Seguir buscando: las historias que quieres leer