Poco a poco vamos acostumbrándonos a la “nueva normalidad” tras los duros meses del confinamiento. Ha llegado el verano, luce sol y más que nunca, tenemos ganas de disfrutar de la vida y, por supuesto, de la buena mesa. Y cuando en la calle se habla de restaurantes y de gastronomía, un tema recurrente es el debate entre los defensores de la cocina tradicional y los de la cocina de vanguardia.
Los amantes de la cocina tradicional no solo defienden con uñas y dientes un legado culinario que forma parte de nuestra identidad y de nuestra herencia como pueblos y como personas, sino que consideran que solo este tipo de cocina respeta los productos y ensalza con plenitud los sabores. Frente a ellos, no son pocos los defensores de la cocina de vanguardia que miran con un cierto desdén la tradición, ya que cuando se sientan en la mesa de un restaurante quieren vivir una experiencia total, que les sorprenda y que, en cierto modo, trascienda la comida.
Pero, en realidad, este debate no forma parte de la profesión culinaria ya que hasta los chefs más renombrados de la cocina creativa son los primeros defensores de la tradición. ¿Se puede acaso innovar sin conocer, respetar y dominar la cocina tradicional?
Joan Roca de El Celler de Can Roca – 3 Estrellas MICHELIN – y Mateu Casañas y Oriol Castro del restaurante Disfrutar – 2 Estrellas MICHELIN– nos dan su opinión.
