Los restaurantes más románticos de las Islas Canarias

Como su propio nombre indica, estamos en el lugar ideal para celebrar el amor. Casa Romántica, en el valle de Agaete y cerca del puerto de Las Nieves, es un vergel de naturaleza salvaje, frutas tropicales y cafetales exóticos. Con huertos y corrales propios, además de una quesería y productores locales, en este restaurante con pescados y mariscos de la zona se saborea el amor: el mutuo y el del joven chef Aridani Alonso por la cocina canaria reinterpretada. Su propuesta se centra en unos sugerentes menús degustación, existiendo hasta opción vegetariana y vegana. Además, este acogedor rincón ofrece una bodega con 250 referencias para acompañar cada plato mientras disfrutas de las vistas.

¿Puede un equipo ser joven, experimentado y talentoso al mismo tiempo? Sí, y el restaurante Donaire, en el hotel GF Victoria, es la prueba de ello. Cocina de autor con alma de pastelero (el chef, Jesús Camacho, lo fue) que se empeña por destacar la riqueza culinaria de Canarias. La propuesta se basa en dos menús degustación, Donaire y Victoria, centrados en el producto autóctono y con presentaciones elegantes. Los proveedores locales y el trabajo artesanal le dan sentido a esta fiesta para los sentidos. Para una comida o cena romántica, nada mejor que su sala semicircular acristalada con vistas a Costa Adeje.

Para los románticos empedernidos, este restaurante, ubicado en la quinta planta del hotel Royal Hideaway Corales Resort, de diseño absolutamente rompedor, regala puestas de sol de ensueño. Con un recetario canario creativo y coherente, productos locales y toques internacionales, los hermanos Juan Carlos y Jonathan Padrón conquistan a cada comensal. Al fondo, el océano Atlántico es testigo de una cocina excepcional en Santa Cruz de Tenerife.

Siempre que el tiempo lo permita, lo ideal es cenar en la espectacular terraza de este restaurante ubicado en el Royal Hideaway Corales Resort. Aquí, con el mar como telón de fondo, el recetario italiano cobra una identidad única: en los fogones, el chef boloñés Niki Pavanelli fusiona la tradición trasalpina con productos autóctonos de Tenerife. Esta propuesta culinaria se presenta en dos menús degustación: Identidad e Il Bocconcino. Mención de honor para su Carbonara 3.0.

Con vistas a Fuerteventura, Kamezí representa la simbiosis perfecta con el entorno que lo acoge: espacios a cielo abierto, detalles de su flora y materiales autóctonos, como la roca volcánica de Lanzarote. Ofrece una cocina responsable con el paisaje, que va de la mano con el producto local y la elaboración artesanal (hacen su propio pan). Además, su carta de vinos es un viaje por la diversidad con etiquetas de unos 50 países. Para prolongar el momento romántico, nada mejor que un cóctel frente a la puesta de sol.

Inaugurado hace más de 30 años, este restaurante clásico de ambiente sosegado, ubicado junto a la playa de Patalavaca, en el sur de Gran Canaria, es un destino codiciado. Hay lista de espera para sus mesas al borde de la piscina, desde donde el atardecer tiñe el paisaje con tonos anaranjados y cálidos como en ningún otro lugar. Su propuesta gastronómica se compone de tres menús degustación que reinterpretan la cocina canaria, con productos locales y un sutil toque nórdico, reflejo de la experiencia del chef Germán Ortega en Estocolmo. Sin duda, un espacio privilegiado para disfrutar en pareja.

Atardeceres y alta cocina se dan cita bajo la cúpula art déco de este restaurante, en Costa Adeje, Tenerife. Aquí, la tradición canaria y francesa se fusiona con técnicas culinarias de vanguardia. Al frente del establecimiento, el chef canario Rubén Cabrera aprovecha especias y flores comestibles de su huerto para dar el toque maestro a los platos.

Este restaurante es un oasis que brilla entre los áridos paisajes del valle de Mogán, en Las Palmas. Su balcón de estilo canario, con vistas a agradables jardines, constituye el escenario ideal para compartir productos locales típicos, como el gofio, y la despensa atlántica, con el atún rojo como protagonista. Elegante y exótico, el local nos invita a degustar tres menús en los que el chef grancanario Alexis Álvarez reinterpreta los sabores clásicos de la gastronomía isleña.

El camarón soldado del Hierro sobre cremoso de almendra tierna, gazpacho verde y sorbete de shiso es solo uno de los platos que la excelencia gastronómica de Martín Berasategui ha trasladado a Tenerife de la mano de Erlantz Gorostiza, su chef de confianza allí. Un romántico mirador acristalado dentro del hotel The Ritz-Carlton, Abama sirve de escenario a un viaje culinario lujoso y exclusivo, con raíces vascas y productos de la isla, en el que se cuida hasta el mínimo detalle para que la velada sea memorable.

Descubrir la identidad culinaria canaria con una excelente relación calidad/precio en un entorno elegante y minimalista tiene un nombre: Moral. Gracias al talento (y al amor) de Icíar y Juan Carlos, los jóvenes chefs, en esta casona centenaria con suelos originales, el comensal percibe la exaltación de los sabores y las texturas autóctonas bajo el lema 'menos es más'. Spoiler: tienen un espacio privado para reservar y presumen de servir el flan más cremoso de Santa Cruz de Tenerife.

Restaurante cosmopolita de recetas creativas, ubicado en el epicentro de la vida social de Las Palmas y con vistas al exuberante parque Doramas. Basado en productos de kilómetro 0 e inspirado en la obra del artista grancanario Néstor Martín-Fernández, ofrece dos menús degustación con predilección por los productos del mar. Todo ello en el exclusivo entorno del Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, un refugio ya disfrutado por personalidades como Maria Callas y Ava Gardner.

Este restaurante nos invita a un viaje gastronómico multicultural en el que se fusionan los sabores de Japón, Perú y Canarias. Con un ambiente contemporáneo y un jardín de inspiración oriental, se accede al local en buggy desde la recepción del hotel Royal Hideaway Corales Resort. Como detalle distintivo, cada menú incluye un mapa de Canarias en el que figuran los nombres de los productores, granjas y pescadores que proveen los ingredientes con los que Adrián Bosch crea una cocina sin fronteras ni límites creativos. Para culminar una velada romántica, la terraza ofrece vistas a La Gomera y cócteles elaborados con ingredientes 100% autóctonos.