Comer fuera 1 minuto 22 julio 2019

Casa Marcelo, fusión de cocinas en formato barra

Situado cerca de la fastuosa Plaza del Obradoiro y la Catedral de Santiago, por las que pasan cada año miles de personas, se encuentra este pequeño local que ha radicalizado su propuesta en los últimos años. La historia de Casa Marcelo (1 estrella MICHELIN) ha sido de idas y venidas. De cambios constantes hasta llegar donde están hoy en día. Y fue en la guía MICHELIN de 2016 cuando, por tercera vez en su historia, volvió a ser reconocido con 1 estrella MICHELIN.

Marcelo Tejedor, chef y propietario, renunció al formato con el que concibió el restaurante en un primer momento, para convertirse en un baluarte del disfrute más informal. Si bien Casa Marcelo nació como un restaurante gastronómico de grandes pretensiones, en el que se trabajaba a demanda del mercado y con un único menú degustación, desde el año 2012 se ha convertido en algo totalmente opuesto, un restaurante informal, con un toque canalla, donde comer recetas viajeras a precios asequibles.

En el nuevo Casa Marcelo se come compartiendo mesa, con cubiertos de madera o palillos y servilletas de papel desechables. El espacio está concebido como una cocina vista alrededor de la que surge la magia. Los comensales pueden ocupar su sitio o bien en una mesa comunal con taburetes, o la zona de barra colindante a los fogones.

No admiten reservas y funcionan por orden de llegada con dos turnos, tanto en comidas como en cenas, aunque, si son un grupo de ocho comensales sí que está permitido reservar. En el caso de no contar con plazas disponibles, han instaurado un curioso sistema de dejar tu número de teléfono apuntado en un papel y llaman cuando haya disponibilidad.

La propuesta gastronómica establece una conexión sin escalas entre los productos de la tierra gallega y las preparaciones de cocinas como la asiática, la peruana o la mexicana.  Alta cocina sin pretensiones. La carta se estructura alrededor de pequeños bocados en un viaje “Japo-Mundi-Galician-Trip” como ellos mismos lo definen. Si quieren disfrutar de Casa Marcelo en todo su esplendor, déjense aconsejar o pónganse en manos del equipo, que preparará un menú para hacer un recorrido equilibrado por toda la cocina de esta casa gallega. Los platos van variando con la temporada, pero conviene llamar la atención sobre algunos de los que suelen estar siempre en carta.

Comenzamos el viaje por tierras lejanas con unas Zamburiñas con salsa XO, una excelente fusión de un estandarte del producto gallego y unas de las salsas chinas más apreciadas. Continuamos con uno de los platos míticos, la Alcachofa del amor, una alcachofa partida a la mitad y rellena con foie-gras, también son sublimes los Dim-sum de oreja y gambas, así como el Poké de tartar de atún picante y la Xarda asada y ahumada con romero. La Merluza de Celeiro siempre está presente en la carta, lo que varía es su preparación, la última que conocemos se hace con caldo de pimiento rojo.

En el apartado de bebidas tienen varias referencias de vinos gallegos de las Rías Baixas, Valdeorras o la Ribeira Sacra. Cuentan además con su propio vino, un mencía embotellado en A Pobra de Trives.

Si visitan Casa Marcelo déjense llevar, olviden los formalismos en la puerta y, sobretodo, disfruten.

 

Foto: Macarena Escrivá

Comer fuera

Seguir buscando: las historias que quieres leer