Viajes 7 minutos 04 enero 2024

Dos días en Varsovia

Situada en el corazón de Europa, Varsovia ofrece una embriagadora mezcla de tradición, ambiente contemporáneo, historia y hospitalidad, por no hablar de una vibrante escena culinaria que exhibe los mejores productos polacos y nuevos talentos. ¡Es hora de darse un capricho!

La mejor manera de descubrir una nueva ciudad es vivirla, aunque solo sea por unos días. Conectarse a sus ritmos y empaparse de sus sonidos y olores con todos los sentidos; encontrar su propio camino a través de sus pintorescas callejuelas y sus bulliciosas plazas, asimilándola bocado a bocado, sorbo a sorbo.

Día 1: Una tierra de abundancia

Por la mañana
Empieza la mañana como muchos varsovianos, comprando alimentos en los mercados. Es una buena forma de conocer la temporada y los productos locales. Siéntate en el céntrico mercado al aire libre que hay junto a Hala Mirowska y Hala Gwardii, dos pabellones neogóticos construidos a principios del siglo XX que ahora albergan tiendas y puestos de comida callejera. El verdadero bullicio se encuentra entre los dos pabellones, entre los puestos de verduras frescas, frutas, frutos secos, queso y pan. Te encontrarás con todo tipo de público, desde familias a amantes de la gastronomía que buscan ingredientes para sus comidas del día, pasando por los mejores chefs de la ciudad que buscan productos para sus menús. Y si no necesitas víveres, puedes simplemente saborear el espectáculo de la procesión de gente y el pintoresco bodegón de coles, manzanas o setas dispuestas artísticamente por los vendedores. Si buscas recuerdos comestibles, has llegado al lugar adecuado. La miel local (prueba la de trigo sarraceno, oscura, sabrosa y agridulce), los boletus secos y las ciruelas ahumadas, una especialidad tradicional con un sabor original, son algunos de los productos favoritos para llevar.

Hala Mirowska © Malgosia Minta
Hala Mirowska © Malgosia Minta

Después del mercado, tómate un café en una de las cafeterías especializadas. Hay muchas cafeterías junto al Hala Mirowska.

Forum Coffee junto a Hala Mirowska © Malgosia Minta
Forum Coffee junto a Hala Mirowska © Malgosia Minta

Durante siglos, Varsovia fue un crisol de culturas y naciones, por lo que cuenta con una compleja historia cuyos vestigios aún son visibles por toda la ciudad. Para saber más, visita el Museo Polin de Historia de los Judíos Polacos. El impresionante edificio que lo alberga, diseñado por el estudio de arquitectura finlandés Lahdelma & Mahlamäki, merece una visita por sí solo.

El almuerzo: la tradición se une a lo contemporáneo
Tras un paseo por el verde barrio de Muranów, dirígete a Kieliszki na Próżnej, un restaurante Bib Gourmand, cuyo nombre se traduce literalmente como "Copas en la calle Próżna" y que tiene miles de copas colgando sobre la barra. Las copas también representan uno de los pilares del concepto de Kieliszki: el vino. Los clientes pueden elegir entre más de 200 marcas disponibles por copas, que se complementan con los platos bistronómicos del chef Sebastian Wełpa, por ejemplo, sus Raviolis de carne con calabaza y hojas de grosella encurtidas, Trucha a la parrilla con trigo, daikon y rábano picante, seguida de Crema inglesa con bayas silvestres, ciruelas mirabel y Prosecco. Junto a Kieliszki na Próżnej está Plac Grzybowski, una de las muchas plazas verdes de Varsovia y una de las más especiales por la sensación que inspira al contemplar el ecléctico paisaje urbano que te rodea: elegantes rascacielos de cristal, las líneas clásicas de la iglesia de Todos los Santos, casas adosadas de estilo Art Nouveau bellamente decoradas y los cubos simplistas de los edificios de apartamentos de los años setenta, con destellos del monumental Palacio de la Cultura y la Ciencia entre medias: una auténtica postal que revela diferentes capas de la historia de la ciudad.

Bib Gourmand Kieliszki na Próżnej © Kieliszki na Próżnej
Bib Gourmand Kieliszki na Próżnej © Kieliszki na Próżnej
Por la tarde:

Para descubrir el lado dulce de Varsovia, diríjete a la calle Chmielna. Hay varias tiendas de patry, donde las tradiciones pasteleras polacas se encuentran con un moderno enfoque francés. Elige entre una clásica tarta de queso de Cracovia, una sedosa tarta Napoleón o unos maravillosos choux rellenos de crema.

Tarta de Limoncello en Lukullus, en la calle Chmielna © Jacek Malarski
Tarta de Limoncello en Lukullus, en la calle Chmielna © Jacek Malarski

Paseo Real
Impulsado por todo ese azúcar, puedes dar un tranquilo paseo hasta el casco antiguo, donde se encuentran algunos de los hoteles más prestigiosos de la ciudad, conocidos tanto por su impresionante decoración y estilo como por su impecable hospitalidad. El Raffles Europejski Hotel alberga el restaurante Europejski Grill, recomendado por la Guía MICHELIN; pide una cena informal pero elegante, o simplemente una fuente de Blini con caviar polaco y una copa de burbujas, o entra en su famoso Long Bar para tomar el emblemático Warsaw Sling.

Al lado hay otra joya: el lujoso Hotel Bristol, incluido en la Guía MICHELIN, una magnífica opción para pasar la noche con estilo. Este gran hotel centenario, contiguo al Palacio Presidencial, fue durante mucho tiempo el más elegante de la ciudad antes de caer en desgracia, junto con la propia Varsovia. Hoy, cuando Polonia se recupera del siglo XX y se incorpora a la nueva Europa, el Bristol vuelve a lucir con el esplendor de antaño. Un profundo lavado de cara y un nuevo propietario lo han devuelto a sus días de gloria. Los interiores son todo grandeza decimonónica, amueblados con antigüedades y obras de arte polacas. Las habitaciones están deliciosamente decoradas a la antigua usanza, con adornos en las paredes y baños de mármol, respetablemente refinados hasta el último detalle.

Desde aquí, sigue hasta Plac Zamkowy para ver la Columna Zygmunt y el Castillo Real, y serpentea por el laberinto de calles adoquinadas flanqueadas por coloridas casas adosadas hasta Rynek, la plaza principal. Aunque el casco antiguo fue prácticamente arrasado durante la Segunda Guerra Mundial, ha sido meticulosamente reconstruido y se le ha devuelto su antiguo encanto y su atmósfera de cuento de hadas.

Casco antiguo de Varsovia © querbeet/iStock
Casco antiguo de Varsovia © querbeet/iStock
Long Bar @ Raffles Europejski © Piotr Gesicki
Long Bar @ Raffles Europejski © Piotr Gesicki
Bristol Hotel Warsaw © Bristol Hotel Warsaw
Bristol Hotel Warsaw © Bristol Hotel Warsaw

Cena y velada: un espíritu moderno

Después de un día de intenso turismo, conviene una recompensa, preferiblemente en forma de cena especial. Varsovia está cargada de historia, pero también es vibrante y joven. Para saborear su entusiasmo juvenil, diríjete a uno de los restaurantes que prometen una visión moderna de la cocina polaca, arraigada en la riqueza de los productos y el terruño, pero también compatible con los paladares y gustos modernos. En Hub.praga, el chef Witek Iwański te deleitará con hermosas creaciones que ponen de manifiesto sus habilidades técnicas y su sentido de la estética, en forma de platos elaborados con verduras y frutas de la zona: desde sandías cultivadas en Varsovia hasta setas silvestres y hierbas aromáticas. Aquí también podrás degustar el pescado de agua dulce o la carne de venado por los que Polonia es tan conocida. Ni que decir tiene que todo ello se puede maridar con una copa de vino polaco. El restaurante tiene un menú a la carta y otro fijo, este último representa más bien una inmersión en las ideas del chef. Si quieres aprender más sobre la cocina regional polaca, dirígete a Bez Gwiazdek, llevado por el chef Robert Trzópek. Cada mes elabora un menú degustación inspirado en una región concreta del país, dando un giro contemporáneo a sus platos tradicionales o productos emblemáticos.

Bez Gwiazdek © Matylda Roslaniec
Bez Gwiazdek © Matylda Roslaniec
hub.praga © Lukasz Smudzinski
hub.praga © Lukasz Smudzinski

Concluye tu velada con el toque perfecto: saborea una copa después de cenar en uno de los acogedores locales de comida de la ciudad, como Fabryka Norblina, Elektrownia Powiśle o Hala Koszyki. En Fabryka Norblina, eche un vistazo a la sala "Gimlet Live", dedicada a espectáculos y eventos culturales. Alberga 5 bares únicos, cada uno con una oferta diferente. Después, sumérjase en un plácido sueño en su exquisita habitación del Hotel Bristol.

Norblin Factory  © M. Czechowicz
Norblin Factory © M. Czechowicz

Día 2: una fiesta para los sentidos

Por la mañana
Varsovia es famosa por su próspero panorama artístico y cultural, así que no olvide reservar algo de tiempo para visitar un par de museos y galerías de la ciudad. Nuestras mejores opciones son el Museo Nacional de Varsovia (Muzeum Narodowe w Warszawa), que, además de su colección permanente, rota exposiciones temporales bien comisariadas, y el Centro de Arte Contemporáneo del Castillo de Ujazdowski, como contrapunto a los clásicos del Museo Nacional.

Espectáculos al aire libre
Este último se encuentra en las inmediaciones del Parque de los Baños Reales (Łazienki Królewskie), uno de los lugares más queridos de la ciudad para pasear entre grandes árboles centenarios, los serenos lagos y estanques, las románticas estatuas y los prados escondidos, donde es posible avistar alguna de las ardillas rojas o pavos reales residentes. Si la visita coincide con los meses de verano, consulta el calendario de conciertos al aire libre de Frederic Chopin, en los que se interpreta la música de este famoso compositor, uno de los más grandes de Polonia, en uno de los jardines del parque, cerca de su estatua.

Almuerzo
Una vez que se te haya abierto el apetito, puedes recargar las pilas con un relajado almuerzo en uno de los restaurantes Bib Gourmand de la ciudad que rinden homenaje al estilo neobistró. Alewino es uno de nuestros mejores consejos para los días soleados, cuando su hermoso patio verde se llena de mesas. Si vienes acompañado de amigos y deseas cenar cómodamente alrededor de una mesa más grande, diríjete al Koneser Grill, en la orilla derecha del río Vístula. Aquí, todo gira en torno a la cocina a la brasa y los ingredientes de primera calidad, como la ternera polaca madurada en seco, el marisco especialmente seleccionado y las verduras de temporada. Koneser Grill se encuentra en una antigua fábrica de bebidas espirituosas restaurada, llamada Koneser, de la que también toma su nombre. La fábrica desapareció hace tiempo, pero el espíritu artesanal se mantiene vivo gracias al Museo multimedia del Vodka Polaco, que funciona en uno de los edificios reconstruidos. Además de conocer la historia y las tradiciones sobre la elaboración de bebidas espirituosas, también puedes participar en una cata de vodka o visitar el bar del museo.

Koneser Grill © Jedzenie
Koneser Grill © Jedzenie
Alewino ©restaurantica/Instagram
Alewino ©restaurantica/Instagram

Ningún viaje está completo sin una pequeña compra de recuerdos y, por suerte, en Varsovia encontrarás una buena selección de pequeñas boutiques independientes que venden artesanía, moda y diseño local. Varsovia también es conocida por su importante escena artística contemporánea y sus galerías, muchas de las cuales venden obras de jóvenes artistas polacos ya consagrados y de estrellas emergentes.

La cena:
Un cruce de influencias
Cuando planifiques tu estancia en Varsovia, no dejes de reservar mesa en Nuta, restaurante con una Estrella MICHELIN y uno de los más interesantes de la ciudad. Su chef y fundador es Andrea Camastra, originario del sur de Italia y que, a lo largo de su carrera, ha trabajado por toda Europa, asentándose finalmente en Varsovia. Antes estuvo al frente de Senses -otro restaurante galardonado con una Estrella de la Guía MICHELIN, antes de cerrar a raíz de la pandemia- y ahora se encuentra en Nuta, junto a la plaza de las Tres Cruces. El carácter profundamente personal de este proyecto se refleja tanto en el nombre (Andrea Camastra es músico profesional), como en el interior y, por supuesto, en la comida, que convenció a los inspectores de MICHELIN. El menú degustación de Nuta incorpora los sabores y las combinaciones favoritas del chef, transportando a los comensales a Tailandia, a la Italia de sus recuerdos y, finalmente, de vuelta a Polonia. Puede que te sirvan una tabla de quesos, compuesta por Sopa de pera con espuma de gorgonzola, gofres dorados con pecorino romano trufado y helado de miel y nueces o Brioche con queso de oveja ahumado y trucha ahumada fría, ensalada de alcachofas y un trago de Sopa de pepino o Ramen con calamares, pulpo y lucioperca en costra de guanciale. El menú parece ecléctico, pero también lo es la historia de vida del chef... y también Varsovia: acogedora, contemporánea, divertida, de mente abierta y receptiva a gente nueva e ideas innovadoras.

Restaurante con una Estrella MICHELIN © Nuta
Restaurante con una Estrella MICHELIN © Nuta

Completa el día con un final musical en Jassmine, un íntimo local de conciertos y bar que acoge a los mejores cantantes y músicos de jazz contemporáneo. Jassmine se encuentra en el sótano del hotel Nobu Warsaw, que figura en la selección de hoteles de la Guía MICHELIN. El hotel, el primero de una aclamada cadena que ha abierto en Varsovia, presume de un diseño único que alía arquitectura histórica y moderna. Sus elegantes interiores, adornados con piezas de arte encargadas a medida, ofrecen el marco perfecto para relajarse tras un día de acumular experiencias y crear nuevos recuerdos. La nueva ala rinde homenaje a la tradición japonesa y las habitaciones resultan suntuosas sin ser opulentas. Mientras tanto, en la histórica ala Art Déco, algunas suites conservan el estilo interior original, con sutiles acentos japoneses metidos en su ambiente centenario.

Nobu Hotel Warsaw © Nobu
Nobu Hotel Warsaw © Nobu

Imagen de cabecera: Centro de Varsovia y parque Pola Mokotowskie© dzika_mrowka/iStock

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