En el Hôtel des Ventes, todas las miradas estaban puestas en el lote número 1: una vieja Guía Roja MICHELIN con fecha de 1939 y, a su lado, un segundo ejemplar, también de ese año, pero curiosamente con la cubierta color arena. Una Guía Roja color arena… ¿Cómo se explica esa rareza?
Entre los entendidos, se la conoce como la guía “americana”. Con ocasión del 80º aniversario del desembarco de Normandía, el libro ha cobrado un simbolismo especial. Y no es para menos: “Los estadounidenses reeditaron varios miles de ejemplares en 1944”, nos cuenta sin esconder su entusiasmo el subastador Bernard Vassy. Y justo antes de partir para combatir al enemigo nazi en Francia, alguien se ocupó de meter el libro en las mochilas de los oficiales estadounidenses.
Pero, ¿de qué manera una guía gastronómica y de viajes pudo ser útil a los Aliados en su empresa de liberar Francia? Máxime, si tenemos en cuenta que en aquel momento prácticamente todos los restaurantes franceses estaban destruidos, cerrados o ni siquiera podían abastecerse…
Cuando la Guía MICHELIN se convirtió en un arma de guerra
“Está claro que aquellos pobres soldados no venían para hacer turismo”, recuerda Bernard. Lo que les interesaba no eran los restaurantes con Estrellas. En 1943, mientras preparaban el desembarco en las costas francesas, los Aliados buscaban un documento práctico y fácil de transportar para ayudar a sus oficiales a orientarse, sobre todo en las ciudades francesas privadas de señales de tráfico por el enemigo. El problema era que los mapas de Estado Mayor de los que disponían presentaban lagunas.Todo señala a Gustave Moutet
Parece que la solución la encontró un suboficial francés llamado Gustave Moutet. Este miembro de la Resistencia, a la que se unió desde muy temprano, llegó a Gran Bretaña en junio de 1940. En 1942, comprobando la pésima calidad de los planos utilizados por los Aliados, sugirió que la Guía MICHELIN de 1939 que había llevado consigo se reprodujera en facsímil para distribuirla entre los oficiales y ayudarles así a orientarse en las ciudades francesas. El Estado Mayor aliado se puso en contacto con MICHELIN y, los servicios secretos de Washington realizaron una tirada especial. La hija de Gustave, la periodista Anne-Elisabeth Moutet, fue la primera en relatar la anécdota en un artículo del Sunday Times publicado en 1984.
Una guía más precisa que los mapas del Estado Mayor aliado
El libro se distribuyó a todos los comandantes de las unidades que participaron en el desembarco del Día D por su facilidad de uso. Con ciudades francesas ordenadas alfabéticamente y planos precisos, es "un documento completo y fácil de comprender por los no francófonos, incluso en tiempos de combate", señala Bernard Vassy.
Jérôme Mottier es vicepresidente de la Association des Collectionneurs de Guides et Cartes Michelin (ACGCM), una asociación que reúne a unos trescientos apasionados de las Guías MICHELIN en Francia, Bélgica y Suiza. Él nos cuenta: "Yo mismo tengo la suerte de poseer un ejemplar de esta famosa edición americana. Pensándolo bien, el libro fue una mina de oro para los Aliados. Muestra el estado de las carreteras, la distancia entre estaciones de servicio, el peso de los puentes... "
Una Guía Roja especial
En Francia, “se trata de la única Guía Roja que no es roja”, resume Bernard Vassy. “Los americanos cambiaron la cubierta. Eligieron este color arena, un color neutro, discreto, sin duda porque una cubierta roja habría sido demasiado llamativa”. Los entendidos se fijarán asimismo en la mención de la parte superior, que indica que es para uso militar (“FOR OFFICIAL USE ONLY”). También se lee “Reproduced by Military Intelligence Division War Department Washington”, dejando claro que la Guía fue reeditada por los servicios secretos estadounidenses.
"Esta guía americana es mucho más gruesa que la Guía Roja original, y también mucho más frágil", explica Jérôme Mottier. "Como se puede ver, el papel es de peor calidad, lo que es de esperar en tiempos de guerra". Aunque ya se ha disipado el misterio que rodeaba a este enigma, que ha intrigado durante mucho tiempo a los coleccionistas, "hasta ahora nadie tiene una cifra exacta del número de reimpresiones", dice el entusiasta. "¿Quizá 5.000, 10.000 ejemplares? Nunca lo sabremos, a menos que la información llegue de vuelta a Estados Unidos y alguien, milagrosamente, tenga la respuesta".
Una rareza prácticamente imposible de encontrar hoy día...
“En mis 25 años de carrera, habré vendido seis o siete”, confiesa Bernard Vassy. “Son mucho más raras de encontrar que la Guía Roja de 1900, de la que ya he vendido cuarenta ejemplares”. Según el experto, “es posible que los oficiales americanos que sobrevivieron volvieran a casa con las guías como recuerdo. Pero la mayoría debió de tirarse o perderse tras la Liberación”.Te puede interesar:
Una guía vendida por más de 7.500 euros
"Esta versión militar es hoy el Santo Grial para todos los aficionados", afirma Bernard Vassy. Estimado entre 5.000 y 7.000 euros, el ejemplar de la casa de subastas de Clermont-Ferrand fue adquirido por un coleccionista de Auvernia por 7.584 euros. Para Bernard, "Es una locura pensar que hace ochenta años, los primeros oficiales del II Batallón de Rangers y de la 1ª, 4ª y 29ª Divisiones de Infantería desembarcaban en Omaha Beach con esta reedición de la Guía MICHELIN de 1939 en sus mochilas”.
Durante la II Guerra Mundial, MICHELIN ayudó a los Aliados en numerosas ocasiones. En concreto, suministró en secreto varios cientos de miles de valiosos mapas del norte y este de Francia y Bélgica.
Imagen de cabecera: © Hôtel des Ventes de Clermont Ferrand Vassy et Courtadon
