Aunque las brumosas playas del condado de Marin poco tengan que ver con la imagen de surf y arena que transmiten las de Baja California, en este animado local reina una atmósfera de vacaciones gracias a sus margaritas, sus mezcales y su deliciosa cocina mexicana. Una cocina que, pese a la sensación de lujo que crean los azulejos de colores, las lámparas de vidrio soplado y los grandes ventanales, es maravillosamente auténtica.

La carta no lo pone fácil: los exquisitos tacos al pastor cubiertos con una dulce y picante salsa de piña caramelizada rivalizan con las crujientes empanadas de chorizo, grosellas y aceitunas verdes regadas con chimichurri. Tanto si se queda en la barra tomando un cóctel y una quesadilla de champiñones y flores de calabaza, como si comparte con sus amigos unas fuentes de chips con queso fundido en el soleado patio, el buen momento está garantizado.