El diccionario de la Real Academia Española define 'contraste' como 'oposición, contraposición o diferencia notable que existe entre personas o cosas'. Pues bien, al visitar la ciudad de València constatamos que bien podría haberse inventado el término aquí. Mientras que la milenaria Ciutat Vella y el céntrico barrio de El Carmen cuentan al viajero su pasado como hogar de romanos, visigodos y musulmanes; la Ciudad de las Artes y las Ciencias, obra de Santiago Calatrava, le sitúa en la vanguardia más puntera.
Kilómetros de playas urbanas en las que se mece el Mediterráneo; una gastronomía única que ha traspasado fronteras y puede presumir de albergar a restaurantes con Estrellas; y sus famosas Fallas, que iluminan la ciudad entre febrero y marzo. Todo ello, sumado a la joya de la corona: el Parque Natural de la Albufera, con su eterno atardecer reflejado sobre las aguas, a poco más de diez kilómetros de València.
¿Por dónde empezamos a descubrir esta maravilla del este de España?
Día 1: Tradición y vanguardia: del Mercado Central a la Ciudad de las Artes y las Ciencias
Mañana
Amanecer en esta ciudad, con una temperatura media de 18 grados, es un lujo; recorrer su centro histórico, un privilegio que nos lleva hasta el bullicioso barrio de El Carmen y su emblemático Mercado Central. Ocho mil metros cuadrados, 300 puestos y un ágora de la gastronomía informal esperan al viajero para mostrarle uno de los mayores templos del producto fresco de Europa. Una despensa gigantesca, con la huerta y el mar por bandera, de arquitectura modernista y vidrieras espectaculares que atesoran los sabores y los aromas del Mediterráneo. Merece la pena disfrutar una picaeta (aperitivo en valenciano), por ejemplo, en el Central Bar de Ricard Camarena, dentro del espacio.En los alrededores de este mercado, donde bullen la curiosidad y el ambiente festivo, nos espera la València histórica, esa a la que llaman la Ciutat Vella (que lo es, y mucho), con miles de años a sus espaldas. De visita obligada: su catedral gótica (con reminiscencias del románico al barroco), que custodia el Santo Cáliz y que, se supone, acompañó a Jesús en la Última Cena.


También destacan la Lonja de la Seda, una joya del gótico civil Patrimonio de la Humanidad desde 1996; la Iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir, con su espectacular cúpula apodada la Capilla Sixtina valenciana; la Basílica de la Virgen de los Desamparados; y la Puerta Fortificada o Torres de Quart, construcción del gótico tardío clave en la defensa contra las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia.
Al doblar cada esquina en la Ciutat Vella nos espera una sorpresa. Una de ellas es Benvolgut, con tienda propia en el Mercado Central. Se trata de una empresa familiar que elabora su propio vermú, ideal para disfrutar in situ o llevarse de recuerdo. Spoiler: nos cuenta Miguel Ángel, el dueño, que están a punto de abrir dos locales nuevos, una bodega en L'Eliana y La Taberna del Barrio Baviera en Torrent. Por cierto, Benvolgut se enorgullece de haber tenido como primer cliente a La Salita, restaurante con una Estrella MICHELIN.

Comida
Apostamos por reservar la propuesta gastronómica más contundente del día para la cena. Por eso, optamos por una comida informal pero absolutamente recomendable en el curioso restaurante Karak, de Rakel Cernicharo, situado en pleno corazón de la ciudad. Bajo el lema 'cocina real para mentes abiertas', el local ofrece diferentes espacios para elegir, además de la peculiar visión del arte culinario de Rakel, que advierte: 'no verás el nombre de los platos porque la sorpresa forma parte de la experiencia'. Es una elección ideal para empezar a tomarle el pulso a la ciudad y a sus productos de proximidad.Tarde
Antes de abandonar el centro histórico y poner rumbo a la inconmensurable Ciudad de las Artes y las Ciencias, nada mejor que un paseo por las pastelerías del centro, cada una más tentadora que la anterior. Probar una horchata con sus correspondientes fartons en Horchatería El Collado es siempre una opción acertada, y descubrir los mil encantos de Casa Capicúa, un deber insoslayable. Este acogedor rincón, regentado por las hermanas gemelas Marta y Laura, no solo tiene una historia familiar fascinante, sino también un café de especialidad digno de los paladares más exigentes (sin olvidar sus irresistibles tortitas dulces y saladas).También merece mención especial la pastelería tradicional Monpla, que ha popularizado el 'Pla Pel Món', un brioche elaborado con productos de kilómetro 0: calabaza de Meliana, naranja navelina confitada, mandarina, almendra marcona D.O. València… ¡sencillamente espectacular!

Ahora sí, ponemos rumbo a la fastuosa Ciudad de las Artes y las Ciencias, a poco más de seis kilómetros del casco histórico. Bajarse del taxi y contemplar el diseño futurista de Santiago Calatrava es ya un espectáculo en sí mismo.
El plan incluye sumergirnos en los fondos marinos del Oceanogràfic, el mayor acuario de Europa; interactuar con los secretos más fascinantes del conocimiento en el Museo de las Ciencias, cuyo lema lo dice todo: "Prohibido no tocar”; y dejarnos sorprender con una proyección en 3D en la pantalla cóncava de 900 metros del Hemisfèric.
De vuelta a la ciudad, si nos quedan ganas y fuerzas, nada mejor que un paseo por los nueve kilómetros (no todos, solo algunos) de los Jardines del Turia.

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Cena
Momento homenaje. València nos brinda un abanico de chefs excepcionales. Para cenar, proponemos dos nombres: Begoña Rodrigo y Quique Dacosta (a Ricard Camarena lo dejamos para el homenaje de mañana). La mala noticia es que tenemos que elegir uno de los dos, equidistantes del centro, aunque en direcciones diferentes.Si viajar a València significa descubrir su barrio más cool, Ruzafa, entonces la cita ineludible es en un elegante palacete con un coqueto jardín y una anfitriona excepcional: Begoña Rodrigo. Su restaurante, La Salita, con Estrella MICHELIN y un encanto especial, celebra este año su 20 aniversario. Begoña es una guerrera, una mujer valiente, inconformista y decidida, que ha creado un universo propio en torno a su cocina, donde los cítricos, el mar, los vinagres, las hierbas frescas y los guisos tienen un papel protagonista.
En un entorno elegante, acogedor, sin estridencias, la chef nos ofrece cinco menús degustación (incluido uno infantil), en los que hay que probar sí o sí uno de sus platos emblemáticos: La Tiara, con espárragos de rico, espárragos de pobre, mojo verde y espuma de caldo de setas escabechada.
Un aliciente añadido: ya te encuentras en el llamado Soho valenciano, el epicentro de la vida nocturna de la ciudad y el lugar ideal para una copa con mucho ambiente. Un consejo: acércate a Trufas Martínez, en la calle Russafa 12. Este histórico templo del chocolate, fundado en 1931, ofrece los mejores souvenirs gastronómicos, a elegir entre cubanitos y trufas.

El segundo candidato para la cena es El Poblet, de Quique Dacosta, otro gurú de la alta gastronomía en València. Con Luis Valls al frente de los fogones, este restaurante con dos Estrellas MICHELIN ofrece producto local y de temporada, además de embutidos reinventados. Con varias opciones de menús, se trata de una propuesta excepcional nacida bajo la luz del Mediterráneo, con una fuerte personalidad y platos de creación propia inspirados en el entorno, el mar, la huerta y la Albufera.
Para rematar la velada, si eliges El Poblet, siempre queda la opción de disfrutar de Jimmy Glass Jazz, en la élite de los mejores clubes del mundo. Un local emblemático, abierto exclusivamente los días de concierto, donde escuchar buena música en directo y tomar una copa en pleno barrio de El Carmen.

Hotel
Tras una intensa primera jornada (gajes del oficio de turista), nos hemos ganado el mejor descanso. Nos espera un hotel boutique con influencias británicas, francesas e indias, estratégicamente situado a medio camino entre el centro histórico y la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El NH Collection Valencia Colón es un establecimiento tranquilo, con todo lujo de detalles. Además, cuenta con el bar de cócteles, Cara a Cara, donde trabaja el famoso mixólogo Diego Cabrera, por si han quedado ganas de una copita y una buena charla nocturna.En cuanto a las habitaciones (47 en total), elegantemente decoradas por Lorenzo Castillo, destaca la elección de sus colchones Sleep Better y sus múltiples servicios disponibles.

Día 2: Arroz típico en L'Albufera y paseo en barca
Mañana
Desde que amanece, sabemos que hoy va a ser 'el día'. Nos espera la belleza indescriptible del Parque Natural de L'Albufera, con sus aguas en calma, un paseo en barca tradicional y un arroz típico iluminado por la luz tan especial que se refugia en este lugar de atardeceres de ensueño.Para llegar hasta allí de la manera más respetuosa con el entorno, lo más aconsejable es tomar el autobús 24. Algo más de 10 kilómetros separan la ciudad de este paraíso ecológico, imprescindible para entender el origen de la gastronomía valenciana. Un oasis de desconexión, con arrozales, aves acuáticas y una laguna costera que ha servido como escenario natural de películas y series (El Embarcadero, sin ir más lejos). Aquí, el viajero aprende a observar el milagro de la naturaleza en silencio (¡bendito silencio!) a bordo de una barca típica, en un paseo memorable.
En el corazón de este Parque Natural se encuentra El Palmar, una pedanía de poco más de 800 habitantes y centro de actividad pesquera por excelencia, que constituye el alma de L'Albufera, con sus típicas barracas de tejados de paja a dos aguas y una riqueza ecológica envidiable.

Comida
El entorno del Parque Natural de L'Albufera está plagado de restaurantes y arrocerías. Una más que recomendable es Arrocería Maribel, con una espaciosa terraza que casi se asoma al canal y una extraordinaria relación calidad/precio. Su carta ofrece una propuesta tradicional con Paella valenciana de pollo y conejo, además de una selección más creativa que ensalza el recetario local, como la Anguila frita con ajos y patatas. Comer aquí es un privilegio para los sentidos, tanto por el buen hacer en los fogones como por las vistas.Tarde
De regreso a la ciudad, nos dirigimos al barrio de El Carmen para un paseo ameno y un café reposado. Flying Bean Coffee, a apenas 15 minutos a pie, es toda una experiencia de calidad en un ambiente familiar y cuidado. El concepto de este local se asienta en su propio tostadero in situ, con el valor añadido de su Granola Bowl casero.
Cena
La apuesta fuerte de hoy es otro de los grandes chefs de la Comunidad Valenciana, un imprescindible. Si no es domingo (día que cierra), podemos decantarnos por cenar en un dos Estrellas MICHELIN y Estrella Verde: Ricard Camarena y su restaurante homónimo nos garantizan una experiencia inolvidable. El chef, reconocido por su 'activismo de lo verde', defiende una gastronomía coherente y de autor, con una base sólida en las hortalizas y un minucioso proceso de investigación.
Dentro de sus menús, destacan dos de tipo degustación, uno con opción pescatariana, y otro completamente vegetal. ¿Un plato singular? Su Anchoa madurada cuatro años, con cebolla rellena de mantequilla de anchoa. Como el propio Camarena explica, “la gran mayoría de verduras que utilizamos proceden de nuestras huertas cercanas. Apostamos por la agricultura a la carta y defendemos las semiconservas para utilizar el excedente sin deterioro”. Toda una experiencia.
Una segunda opción muy interesante, aunque circunscrita a los amantes de la cocina nipona, es un local con 20 años de experiencia y una interpretación moderna. El nombre del restaurante es Shinkai Tastem, que significa 'mar profundo', y entre sus propuestas se encuentran makis, nigiris, sashimis, tempuras y Wagyu de primera calidad, además de un menú degustación que hay que reservar con antelación.
Hotel
Pasamos la noche en el Only YOU Hotel Valencia (con una Llave MICHELIN), un establecimiento que se distingue por su hospitalidad, demostrando que lo importante no es solo viajar, sino también descubrir y coleccionar experiencias. ¿El tope de gama? La Panorama Suite, de 80 metros cuadrados, cama king size, vistas panorámicas sobre la ciudad, salón con terraza y chimenea.Este hotel de excelencia, ubicado en pleno centro, junto a la catedral, nos permite despedirnos de València de forma tranquila, con toda su historia a un paso.

Direcciones:
Benvolgut. Mercado Central, local 153-159. 46001. València.Karak. Carrer Músico Peydró,9. 46001. València.
Casa Capicúa. Specialty Coffee. Carrer de Jesús, 14. Extramurs. 46007. València.
Pastelería Monpla. Carrer Pizarro, 32. 46004. València.
La Salita. Carrer Pere III El Gran, 11B. 46005. València.
Ricard Camarena. Avenida Burjassot, 54. 46009. València.
El Poblet. Carrer de Correus, 8. Ciutat Vella. 46002. València.
Club Jimmy Glass Jazz. Carrer de Baiz, 28. Ciutat Vella. 46003. València.
NH Collection Valencia Colón. Carrer de Colón, 32. L'Eixample. 46004. València
Arrocería Maribel. Carrer de Francisco Monleón, 5. Poblados del Sur, El Palmar. 46012. València
Flying Bean Coffee. Carrer del Doctor Vila Barberà, 12. Extramurs. 46007. València.
Shinkai Rastem. Carrer d'Ernest Ferrer, 14. El Pla del Real. 46021. València.
Only YOU Hotel Valencia. Plaça de Rodrigo Botet, 5. Ciutat Vella. 46002. València.
Imagen de cabecera: la vista aérea del casco antiguo de València © Alexey_Fedoren/iStock