La historia de Casa Manolo comienza en 1985, año en el que los padres de Manuel Alonso, Matilde y Manolo, abren su chiringuito en la playa de Daimús (Valencia). Tras unos años, Manuel Alonso asume las riendas del restaurante al frente de los fogones (2001), dotando a su cocina de nueva creatividad sin olvidar sus raíces mediterráneas y es en noviembre de 2014, cuando esta carrera de fondo alcanza su plenitud con la llegada de la ansiada primera estrella MICHELIN.
Casa Manolo da un giro sustancial en el que ahora conviven, por una parte el espacio con menús degustación y carta, y por otra, el Daily Gastrobar, una sala informal donde seguir disfrutando del alma del chiringuito primigenio y cocina sencilla a modo de tapas y el Lounge, un quiosco en plena arena donde tomar cócteles al caer el sol. Desde sus inicios, Manuel Alonso se ha rodeado de la mejor materia prima de la tierra valenciana para dar a luz una cocina ingeniosa en un espacio abierto al mar. Se ha hecho a sí mismo y ha aprendido el oficio desde el principio. Nadie pensaba que un restaurante ubicado en una poco conocida playa valenciana, iba a posicionarse como destino gastronómico en sí mismo.
Analizando su cocina, el menú degustación 'Experiencia Manuel Alonso' cambia con las temporadas y estaciones y se compone de pequeños bocados alrededor de no más de dos o tres ingredientes. Productos tan mediterráneos como la mojama, las cocas (en este caso de jurel), la sepia, el atún rojo o los arroces, conviven en esta experiencia. Por otra parte, la carta cambia a diario y siempre se abre con un recuerdo de 'Un día como hoy...' Ya son clásicos los estupendos Buñuelos de brandada de bacalao con su pil-pil y el Taco de cordero con yogur y menta como entrantes. Conviene tener en cuenta también los entrantes dedicados al producto en sí, con unas fantásticas Gambas rojas de Gandia cocidas en agua de mar, una Ostra valenciana con sorbete de apio y salsa raifort o Cigalas en costra de sal, sin olvidarnos del Arroz de bogavante, el Rodaballo con jugo de sus espinas y el Chuletón en costra de sal a las finas hierbas. Resulto curioso también que, siendo un restaurante de playa, sea célebre por sus Callos, plato que prepara siguiendo la receta de su madre Matilde. Para completar la comida, presten especial atención a la cuidada selección de vinos de su bodega.
Casa Manolo es, sin duda alguna, uno de los mejores exponentes de cómo un restaurante puede evolucionar hacia una vertiente creativa con un profundo arraigo a la tierra que lo vio nacer.
Foto: Macarena Escrivá
