Brujas destila un encanto medieval incomparable. Un paseo entre sus casas antiguas, sus rutilantes canales y sus callejas adoquinadas es la esencia misma de la escapada romántica. Antes de compartir contigo las mejores direcciones de nuestra agenda, ten en cuenta que limitar la visita a la Venecia del norte a 48 horas es todo un reto. ¡Adelante con nuestro recorrido exprés!
Día 1
Mañana
Para afrontar 48 horas en Brujas sin prisas, lo mejor será pasar la noche antes en el B&B Exclusive Guesthouse Bonifacius. La elegancia tradicional de esta residencia del s. XVI servirá de preludio a lo que te espera en la ciudad. Su encantadora terraza asomada a un canal te permitirá, además, hacerte una idea de la atmósfera del casco histórico.
En este punto se nos plantean dos opciones: una excursión guiada por los canales o un paseo hasta la Grote Mark, la Plaza Mayor de Brujas. No te olvides de hacer una parada en el campanario: tras subir sus 366 escalones, tendrás la mejor vista de la ciudad. ¿Vas bien de tiempo? Explora los Vesten: el viejo recinto amurallado forma un auténtico cinturón verde, donde aún podrás ver varios molinos de viento.
Almuerzo
Tras el paseo mañanero, atraviesa la Kruispoort, o puerta de Santa Cruz, para entrar en el apacible barrio de Santa Ana. El Bib Gourmand Onslow, con su terraza de aires casi mediterráneos, es el lugar ideal para recuperar fuerzas gracias a su ambiente fresco y desenfadado. Nadie se resiste a su menú para compartir: Sopa tom kha kai de mejillones, pollo y pescado frito, Helado de vainilla con chocolate recién hecho… Un momento de placer y una gran variedad de sabores.
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Tarde
Una vez satisfecho el apetito, llega la hora de alimentar el espíritu. En el museo Groeninge podrás admirar pinturas flamencas –de artistas como Jan van Eyck y Hans Memling, por citar solo dos–, obras neoclásicas y ejemplos del arte moderno del s. XX: René Magritte, Roger Raveel… El museo Gruuthuse, por su parte, te permitirá conocer parte de la historia de la ciudad a través de magníficos tapices, encajes, tallas en madera, vidrieras y un sinfín de piezas más.
Antes del aperitivo te proponemos varias sugerencias que despertarán tu lado más romántico. El puente de San Bonifacio es el lugar preferido por las parejas de enamorados. Desde el Spiegelrei, el puerto viejo de Brujas, tendrás una inmejorable vista de los canales. Por último, tras un paseo por el parque Arentshof podrás, según la época del año, contemplar los lirios de Pascua del Beguinaje o entender por qué el Minnewater es conocido también como el “lago del amor”.
Hecho esto, llega el momento de descansar las piernas e impregnarse de la cultura de los cafés belgas. El Café Vlissinghe, la posada más antigua de la ciudad (existe desde 1515…), está envuelto en una irresistible aura de nostalgia. Déjate tentar por la cerveza Brugse Zot o la Tripel Karmeliet de barril, o por una de sus numerosas opciones sin alcohol. Si las emociones te han abierto el apetito, también podrás picotear algo.
Cena
Una excelente elección para terminar nuestro primer día es el Sans Cravate, galardonado con una Estrella MICHELIN. El chef Henk Van Oudenhove es un enamorado del producto de calidad –como las colmenillas o la lubina salvaje–, del cual saca el mejor partido gracias a sus métodos de cocción clásicos y a unos acompañamientos originales. Si es temporada de caza, no dejes de probar sus platos de faisán.
¿Te apetece descubrir la noche de Brujas? Date una vuelta por el Eiermarkt (mercado de los huevos), una placita que bulle de animación hasta bien entrada la noche.
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Hotel
Tu primer día en Brujas toca a su fin y llega el momento de reponer energías. En el lujoso Hotel Van Cleef te sentirás mimado de principio a fin. El encanto histórico del lugar convive en armonía con las expectativas del viajero moderno en lo que a comodidades se refiere. Por la mañana, podrás sentarte en la terraza a orillas del canal y disfrutar de tu desayuno a la carta bajo la curiosa mirada de los cisnes, animal emblemático de Brujas.
Día 2
Mañana
Empezar el día en este marco único y ante una mesa a rebosar de irresistibles delicias es una experiencia que requiere tiempo. Con todo, intenta no demorarte demasiado, ya que son muchas las joyas que todavía te quedan por descubrir, entre ellas la basílica de la Santa Sangre, con su opulenta mezcla de arquitectura románica, gótica y renacentista. También podrás ver la reliquia de la Santa Sangre, cuya procesión anual el día de la Ascensión es un acontecimiento que no te puedes perder.
Es más que probable que ya hayas reparado en la torre de la iglesia de Nuestra Señora, la cual emerge de entre los tejados de la ciudad. Hoy es el día para visitarla. La Virgen con el Niño, tallada en mármol por Miguel Ángel, es su mayor tesoro. Fíjate asimismo en la capilla de Jerusalén, el mausoleo renacentista, las magníficas vidrieras y la reliquia de la Santa Cruz.
Almuerzo
En la Langestraat, nos aguarda otro icono de la cocina belga: el chef Geert Van Hecke. Durante años, este embajador de la gastronomía ha sido galardonado con tres Estrellas MICHELIN por su trabajo en Karmeliet. Hoy, el cocinero deleita a sus incondicionales en Zet’Joe Geert Van Hecke, un local de atmósfera más relajada, siempre en compañía de su esposa y anfitriona, Mireille. Van Hecke recibe a sus comensales aquí como si les recibiera en el salón de su casa, dejando que su experiencia y su amor por el producto hablen por sí solos. Delicias como el Escalope de foie gras con cerezas o el Pichón asado sobre su carcasa encuentran aquí toda su expresión.
Tarde
La Steenstraat es la principal calle de tiendas de la ciudad, donde encontrarás prácticamente todas las marcas conocidas. Quienes quieran adelantarse a las Navidades, en las tiendas De Witte Pelikaan y Käthe Wohlfart hallarás todo lo imaginable sobre el tema navideño. Y, si buscas un placer dulce, en la plaza Simon Stevin, podrás probar las divertidas creaciones del maestro chocolatero Dominique Persoone, al mando del proyecto The Chocolate Line.
¿No te apetece ir de compras? Haz un recorrido por la fábrica de cerveza De Halve Maan. La parada final en el bar te permitirá probar especialidades como la Brugse Zot o la Straffe Hendrik.
Si el paseo y las compras te han dado sed, en la calle más estrecha de Brujas te espera Staminee De Garre. La carta de esta taberna con carácter propone no menos de 140 cervezas, de la Tripel casera a las especialidades de las fábricas más reputadas, pasando por alguna que otra perla rara. ¿Te parece poca variedad? Pásate por el biercafé 't Brugs Beertje, donde podrás elegir entre 300 tipos diferentes de cerveza.
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Cena
Para tu última noche en Brujas, déjate seducir por la variedad de su oferta culinaria. Para una cena bistronómica y una buena crepe normanda, ve a Goesepitte 43. Si prefieres una cocina original, reserva mesa en Bruut. Por último, los amantes de la cocina japonesa más genuina –y en particular de las demostraciones de virtuosismo con la plancha teppanyaki– hallarán la felicidad en Tanuki.
Hotel
El Hotel de Orangerie es el establecimiento ideal para sumergirte en el romanticismo que te ha envuelto durante las últimas 48 horas. Este monasterio del s. XV ha sido transformado en un alojamiento tradicional con mucho encanto y, sin duda, con uno de los mejores desayunos de Brujas.
Agenda de direcciones
Campanario: Markt 7
Museo Groeninge: Dijver 12
Museo Gruuthuse: Dijver 17
Puente Bonifacio: Groeninge 6
Café Vlissinghe: Blekersstraat 2
Basílica de la Santa Sangre: Burg 13
Iglesia de Nuestra Señora: Mariastraat
Capilla de Jerusalén: Peperstraat 3
The Chocolate Line: Simon Stevinplein 19
De Witte Pelikaan: Vlamingstraat 23
Käthe Wohlfart: Walplein 12
Cervecería De Halve Maan: Walplein 26
Cervecería De Garre: De Garre 1
't Brugs Beertje: Kemelstraat 5