AKELARRE

Sus habitaciones y suites minimalistas, diseñadas con gran maestría, son el marco perfecto para admirar las espectaculares vistas de la costa vasca. Las estancias, espaciosas donde las haya (las habitaciones tienen más de 50 m2 y las suites hasta 100) se caracterizan por una sobriedad visual que evoca la sencillez del diseño japonés. Casi todas las habitaciones disponen de una gran bañera situada justo delante de sus grandes ventanales, mientras que las suites van más lejos gracias a sus piscinas climatizadas (5,5 m2) de uso privado. Todo ello se acompaña de equipamientos electrónicos de última generación que incluyen desde sistemas de sonido de alta gama hasta televisores Apple.

El spa, por su parte, aprovecha la sensación de serenidad que transmite el imponente edificio de piedra, recordando quizá a las Termas de Vals, el famoso balneario de los Alpes suizos diseñados por Peter Zumthor. Con todo, la principal atracción es el restaurante, en parte por el marco, con vistas a un mar infinito, y en parte y sobre todo, por la cocina de Pedro Subijana, con tres estrellas Michelin gracias a los esfuerzos realizados a lo largo de estas últimas cuatro décadas que, esperamos, sean muchas más. No es que merezca la pena visitarlo: es que es casi obligado planificar una escapada ya…