Hotel Mas Lazuli

Cataluña es mucho más que la bulliciosa Barcelona. Girona, ubicada a solo media hora en tren desde la capital, es un destino con valor propio: es sede de una antigua ciudadela romana, tiene unos baños medievales y el mayor distrito judío de Cataluña. Y a 30 minutos de Girona, cerca de la frontera francesa, está el Hotel Mas Lazuli, un alojamiento boutique de 17 habitaciones ubicado en un antiguo convento que data del siglo XI. Aquí, en la soleada Costa Brava, con sus localidades históricas y su ritmo pausado, la vida es más tranquila. Esto te puede invitar a echarse una siesta en vez de tratar de acomodar en su itinerario una visita más a un museo.

Los viejos edificios de piedra del hotel, espléndidos y románticos, están enclavados entre palmeras, viñedos y olivares. La arquitectura, que se refleja al atardecer en el agua serena de la piscina infinita, parece integrarse perfectamente en el paisaje. Las habitaciones son contemporáneas, concebidas en una sofisticada gama de tonos tierra junto con suelos de madera, arte original y techos con las vigas originales del convento. Muchas habitaciones cuentan con balcones privados o terrazas.

Las terrazas de uso común, más amplias, son ideales para disfrutar tranquilamente de un café mañanero o relajarse con una copa de vino antes de la cena, propia de una cocina catalana a base de productos cultivados en la propiedad. Fuera te sorprenderá el tamaño de la piscina infinita, especialmente para un hotel relativamente pequeño. Resulta un espacio muy acogedor después de un día de hacer turismo o tomar el sol en la playa. Las casa-museo de Salvador Dalí queda cerca, en Cadaqués, y la playa está justo al lado del pueblo. El hotel también se presta para relajarse: simplemente toma un libro de la muy bien y surtida biblioteca del Mas Lazuli y recuéstate en una chaise lounge o bajo un árbol.