El placer mundano hace referencia a experiencias que se alejan del plano espiritual y se aproximan al cuerpo perecedero, al goce y disfrute social. Pues bien, Toledo, que atesora una vasta historia monumental, artística, cultural y religiosa, muestra una cara B, menos conocida por el viajero, que convierte lo placentero en vivencias tangibles y únicas.
Partiendo de esta premisa, nos adentramos en el corazón de la capital manchega que inspiró a El Greco, desde la que traemos una buena cantidad de ideas para deleitarse con los cinco sentidos. El gusto disfruta del buen comer; el olfato de un taller de perfumería personalizado; y el oído de un buen concierto de flamenco. Por su parte, la vista recibe un regalo en cada rincón de esta monumental parada histórica; y el tacto se pone a trabajar mientras aprendemos a amasar sus famosos mazapanes. Toledo es muchas ciudades en una, ¿por cuál empezamos?
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1. Recorrer la historia
Antes de descubrir lugares insospechados para disfrutar de Toledo, es absolutamente imprescindible hablar de cómo esta ciudad amurallada, bañada por el río Tajo, albergó, en la época medieval, a tres grandes religiones de forma simultánea. Cristianos, judíos y musulmanes 'amueblaron' esta urbe castellanomanchega —en tiempos de Carlos I, fue la capital del Imperio español— con iglesias, sinagogas y mezquitas dignas de admiración. Aquello no fue una convivencia, pero sí una cohabitación respetuosa.Mientras recorremos el casco antiguo de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, que puede hacerse en tres o cuatro horas sin problema, disfrutamos de arte mudéjar, árabe, renacentista o gótico, plasmados en monumentos increíbles como la Catedral de Santa María. La sacristía de este edificio construido entre los siglos XIII y XV, está presidida por El Expolio, primer cuadro encargado en España a El Greco. Este artista griego se instaló en Toledo en 1577, y sus caras alargadas, rostros expresivos y ese enfoque sobrenatural de la luz está presente por toda la ciudad.
El Alcázar, la Puerta del Cambrón que da acceso al barrio judío, el puente de Alcántara o las vistas del atardecer desde el Mirador del Valle convierten a Toledo en un lugar mágico.
2. Degustar la memoria culinaria a los pies del Tajo
En el contexto de la huella que dejaron las distintas culturas que pasaron por la ciudad, es insoslayable mencionar al toledano Iván Cerdeño y su memoria culinaria. El chef con dos Estrellas MICHELIN articula la cocina de su restaurante homónimo, en el Cigarral del Ángel, en torno a la historia de Toledo y el Tajo que lo baña, sus huertas y los montes que circundan el cigarral, en un afán incansable por recuperar el recetario tradicional. Aquí, la excelencia se cocina a base de productos manchegos, con encurtidos, adobos, escabeches y jabalí. Además de ofrecer tres menús degustación, 'Monte y ribera', 'Toledo olvidado' y 'Memorias de un cigarral', Cerdeño tiene el menú Mediodía los miércoles, jueves y viernes.3. Inspirarse en la casa de Paco de Lucía
En pleno barrio de la judería, frente al famoso convento cisterciense del s. VI de Santo Domingo El Antiguo, que alberga retablos y dibujos de El Greco —además de sus restos mortales, según la mayor parte de las teorías —, encontramos un lugar mágico. Su nombre es Entre dos Aguas, y es un hotel boutique en el que no es imprescindible estar alojado para ver un concierto flamenco en su patio interior.Pero, ¿qué tiene de especial este lugar? 'Entre dos Aguas' —dos puertas más allá de la que fue la residencia del poeta Gustavo Adolfo Bécquer— fue, durante cuatro años, la casa del maestro Paco de Lucía, donde se inspiró para crear su disco 'Cositas buenas'. Traspasar el umbral de esa puerta con tanto arte acumulado nos transporta inmediatamente al universo creativo del guitarrista. Además de disfrutar de un concierto en el patio central, puedes subir a la terraza a tomar una copa; desde allí hay unas vistas increíbles de la ciudad.
Para los amantes de las aguas termales, muy cerca de este enclave cultural, está Medina Mudéjar, unos baños árabes que ofrece el relax de otros tiempos.
4. Disfrutar de una deliciosa tarta de queso manchego en Materia
Volvemos al sentido del gusto con la tarta de queso que acaba de ganar el IV Congreso Raíz Culinaria de Castilla-La Mancha. Su sabor, textura y aroma son obra y gracia del chef Pedro Trujillo, que regenta el obrador artesano Materia en Toledo (tiene otro en Talavera de la Reina). Allí, además de la receta ganadora, podrás disfrutar de nueve tipos de tarta de queso.Trujillo abrió sus dos locales tras realizar sus prácticas en Iván Cerdeño. Como explica el autor de este postre que hay que probar sí o sí: “Nuestra tarta está elaborada con queso manchego de la quesería de Hualdo, con 10 meses de curación y el queso 'pi', su queso de oveja madurado multipremiado. Todos los demás productos que usamos en la elaboración de nuestra tarta de queso manchego son de la región”.
5. Olvidarse de todo en una tetería árabe en el barrio judío
“El té se bebe para olvidar el continuo estruendo del mundo” (Tien Yiheng). Pues bien, en Toledo existe un lugar de silencio y mucho encanto, en pleno barrio judío, en el que elegir entre más de 30 posibilidades de tés, que también podemos comprar, junto a teteras, tazas y artesanía árabe. La tetería árabe Dar Al-Chai es un alto en el camino, a un minuto a pie del Monasterio de San Juan de los Reyes, de estilo gótico isabelino, que conmemora los logros de los Reyes Católicos en la unificación de los diferentes reinos cristianos.6. Crear tu propio perfume, único en el mundo, y llevártelo a casa
Al salir de nuestra visita a la sinagoga Santa María La Blanca (impresionante), en la misma calle de los Reyes Católicos, nos topamos con una pequeña tienda repleta de frascos de colonia, fragancias para los armarios, mikados y jabones deliciosos de colores y olores exclusivos. Al entrar, nos recibe amablemente su alma mater, Carmen Mayoral, la experta olfativa de una maison italiana llamada Aquaflor, nombre que también recibe el local.Pero nuestra mayor y más grata sorpresa llega cuando la anfitriona nos explica que organiza talleres de creación de perfumes. En una experiencia de dos horas, podemos elaborar nuestra familia olfativa favorita, mezclar aquellos aceites esenciales que más se adaptan a nosotros y, con las instrucciones de Carmen, finalizar un perfume de 100 ml nuestro de verdad, en proporción y aroma absolutamente únicos. Incluso, nos llevamos la fórmula magistral por si en otra ocasión volvemos a Toledo y queremos que nos reproduzcan el elixir.
7. Aprender a elaborar mazapán en una confitería tradicional
Mientras paseamos por el casco antiguo de Toledo, entre monumento y monumento, nos salen al paso innumerables tiendas de productos típicos de la tierra: quesos manchegos (hay un museo dedicado a ellos junto a la Catedral), aceites, azafrán, productos de caza envasados… Pero si hay una elaboración que se nos viene a la cabeza al pensar en Toledo, esa es el mazapán.Uno de los mejores establecimientos de la ciudad especializado en este dulce es la Confitería Santo Tomé, famosa por su récord Guinness: ha elaborado la figura de mazapán más grande del mundo (un Don Quijote espectacular con más de 600 kilos de este dulce). Aparte de vender mazapanes variados, Santo Tomé ofrece la posibilidad de realizar un taller para aprender a hacer mazapán de principio a fin.
8. Cenar en la barra con Víctor Sánchez-Beato
No, no hablamos de una tasca ni de una quedada improvisada. Víctor Sánchez-Beato es un chef muy especial, que cada noche sorprende tras la barra de influencia japonesa que creó al regresar del país nipón y en la que cocina en directo para un máximo de 16 comensales. En manos de este experimentado cocinero, la gastronomía de mercado honesta cobra otra dimensión. El restaurante de Sánchez-Beato solo ofrece un menú degustación, que él explica paso por paso, mientras interactúa con sus invitados. Destacan su Atún y ajo blanco, el Arroz cremoso de jabalí o el Coulant de mazapán con queso y maracuyá.9. Tomar un cóctel en una taberna con sabor
Si eres de los que disfrutan con un buen cóctel después de respirar la noche, El Botero es tu lugar en Toledo. Ofrece una magnífica coctelería, ubicada en un edificio del siglo XVI. Un momento de relax y conversación en pleno casco histórico, y una recomendación: el Grinch es la especialidad de la casa. Ginebra, Blue Curaçao, sirope de mandarina, zumo de lima, clara de huevo y ginger beer son las claves de este trago, tan exitoso por tierras manchegas.10. Dormir en una habitación con vistas
En la plaza más emblemática y conocida de Toledo, Zocodover, encontramos un coqueto alojamiento boutique de estilo contemporáneo con solo 12 habitaciones, todas ellas con balcones exteriores al ambiente de animación que respira la zona. El edificio que ocupa este establecimiento con encanto, el Hotel Boutique Adolfo, data de 1906 y fue en otro tiempo un famoso café. Hoy presume de su envidiable terraza con vistas al casco viejo, una baza innegable que atrae a los huéspedes tras una jornada incansable por una ciudad de belleza inagotable.Imagen de cabecera: panorámica de la ciudad de Toledo, bañada por el río Tajo © diegograndi/iStock