Cuando buscamos un "ristorante" podemos encontrar esa profesionalidad y elegancia que muchas veces se asocia a la alta cocina italiana o el espíritu familiar e informal de una "trattoria", esos pequeños locales donde apuestan por la cocina regional con toques caseros. Aquí estamos, claramente, más alineados con el segundo estilo, pues la chef-propietaria (Julieta Oriolo) vive la gastronomía italiana desde el corazón, haciendo honor a sus lazos familiares. En su carta, donde no falta una nutrida selección de antipasti y algunos platos dignos de mención (como las riquísimas Polpette all Sugo), las pastas adquieren un protagonismo muy especial, pues están elaboradas a mano con sémola de grano duro y huevos de corral (Ravioli de ternera con crema de paté casero e hinojos caramelizados). Los postres, como su Panna Cotta de vainilla e peche, merecen mucho la pena. ¡Debemos recordar que también venden esta pasta artesanal a dos cuadras de aquí, en La Alacena Pastificio & Salumeria!