Recupera el edificio más antiguo de Arriondas y con su nombre recuerda a todos aquellos asturianos que, a finales del s. XIX, buscaron fortuna en las "Américas" para regresar ya ricos y con un nuevo estatus social.
Si el sitio es especial, pues cuenta con una sala interior rústica-actual y un comedor acristalado que sorprende por sus vistas a un precioso jardín trasero, lo mejor aquí es la experiencia culinaria, ya que el chef José Antonio Campoviejo busca la emoción a través del detalle, el sabor y la creatividad, partiendo del recetario tradicional y de la espléndida despensa asturiana (las ostras del Eo, los pollos Pitu de caleya, los increíbles quesos de la región...). El restaurante cuenta además con dos plazas de parking reservadas, en la misma puerta, para sus clientes.