Hotel Villa Real

Puede que el estilo del Hotel Villa Real de Madrid sea un poco más tradicional que el de su hermano barcelonés Claris, pero esto es perfectamente normal dadas las diferencias estilísticas entre ambas ciudades. Puede que el Villa Real no sea un escaparate de diseño ultramoderno, pero para la conservadora ciudad de Madrid, la combinación de los mosaicos romanos de la colección de su propietario, Jordi Clos, con sus muebles modernos y la arquitectura clásica española del siglo XIX resulta muy sorprendente.

Las habitaciones son espaciosas y tranquilas, con ventanas insonorizadas y ricos muebles de piel. Todas disponen de televisión por satélite y servicio de habitaciones las 24 horas, y muchas se reparten en distintos niveles, con zonas de estar independientes. Las suites reales tienen bañeras con hidromasaje, y, a pesar de que las dúplex suites y las junior suites no cuentan con esta ventaja, lo compensan con su espacioso diseño diáfano.

A pesar de su elegancia y de que constituye un placer para la vista, puede que su mejor virtud sea su ubicación privilegiada: justo enfrente del Congreso (de acuerdo, no es la mejor de las visitas, pero no se impaciente), y muy, muy cerca del Prado, el Thyssen, el Reina Sofía y el Teatro Real. Del mismo modo, podrá acceder a pie a una gran variedad de tiendas de diseñadores y restaurantes de primera categoría. Además, vale la pena comer en el bar y restaurante del hotel, el East 47, donde le servirán tapas y cócteles bajo la atenta mirada de las dos Marilyns de Warhol.