Ocupa una casa de encantador estilo regional visible desde la carretera y dispone de dos salas, una de marcado ambiente rústico y la otra a modo de terraza-porche acristalado. La propuesta, que desde el servicio a la carta da continuidad al recetario tradicional de los Prada a Tope, toma un nuevo impulso bajo la batuta del hijo de los propietarios, que poco a poco va actualizando los platos con acierto. Si se está planteando un fin de semana rural en Cantabria valore la posibilidad de alojarse, pues también disfruta de unos acogedores apartamentos y habitaciones en el mismo edificio.