Parisinos y turistas coinciden en que el verano es la época ideal para explorar París a cielo abierto, pasear de la mañana a la noche y disfrutar de sus parques y jardines. Participa de 13 experiencias ineludibles que te harán gozar del verano en la capital francesa y sentirte (quizá) como un parisino más.
1. Redescubrir París… desde el agua
Un paseo a lo largo del canal de l'Ourcq, el canal Saint-Denis o por los alrededores del Bassin de la Villette te hará descubrir una cara menos turística de París. Cada verano, entre julio y septiembre, el programa Paris Plages organiza actividades deportivas y habilita zonas de baño vigilado. Sí, has leído bien: ahora es posible bañarse en algunos tramos del Sena. También podrás descansar en las tumbonas gratuitas, refrescarte bajo los nebulizadores o jugar una partida de petanca. Para este verano 2024, Paris Plages se extiende a las orillas del canal Saint-Martin, en el distrito 10. L'Été du Canal, otra cita ineludible del verano parisino, suele comenzar en torno al 6 de julio y prolongarse hasta la última semana de agosto. El programa incluye conciertos flotantes, pequeños cruceros, arte de calle, cine al aire libre, etc.
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2. Divertirse en apoyo a la comunidad LGBTQI+
La Marcha del Orgullo (o Pride) suele celebrarse a finales de junio. El objetivo de este encuentro festivo, pero comprometido, es dar visibilidad a la comunidad LGBTQI+. Bailes, carrozas, disfraces... Todo París se convierte en un gigantesco desfile de música y de color. Desde 1981, este acontecimiento a cielo abierto (uno de los más importantes de la capital junto con el maratón de París) atrae a multitud de personas de la ciudad, del resto de Francia y del extranjero. Al final de la marcha se celebra un gran concierto gratuito en el que participan numerosos artistas de renombre internacional, por lo general en la plaza de la Bastilla o en la plaza de la República (según el recorrido).
3. Olvidarse del tiempo en una de las 3.000 terrazas de la capital
Azoteas con vistas a los tejados de la ciudad, verdes patios interiores a resguardo de las miradas y el ajetreo de la calle… En París, las terrazas de algunos restaurantes son auténticas joyas cuya dirección se comparte únicamente con los amigos. El Apicius, por ejemplo, situado en un suntuoso palacete del s. XVIII, dispone de una terraza oculta e intimista a resguardo de las miradas. Si prefieres tener vistas al Sena y a la torre Eiffel, no tienes más que ir a Monsieur Bleu, en el Palacio de Tokio. Todo ello sin olvidar la impresionante terraza de Le Tout-París, brasserie con una Estrella MICHELIN situada en la séptima planta del hotel Cheval Blanc, reconocido con tres Llaves MICHELIN.
4. Nadar en la piscina descubierta más bonita de París
Un hotel de lujo, el Molitor, ha ocupado el lugar de la antigua piscina que le da nombre, un lugar mítico de los años 20. Renovado con gusto por el arquitecto Jean-Philippe Nuel, el local ha sido ampliado con la adición de nuevas plantas. También se ha añadido una terraza con vistas a la ciudad, un spa Clarins y un restaurante. Bajo su barniz ultracontemporáneo, aún se percibe el legado art decó, en particular en los antiguos ojos de buey claveteados y en el mobiliario de los años cuarenta. El acceso a la piscina está incluido en el precio de la habitación… ¡faltaría más!
5. Disfrutar de los festivales de música al aire libre
Cada verano, los grandes festivales de música vuelven a la capital y a sus alrededores para el deleite de turistas y parisinos. Entre ellos, el Rock en Seine, en el inmenso parque de Saint-Cloud, dedica tres días enteros al rock. Los aficionados a la ópera disfrutarán del festival Opéra en plein air (“ópera al aire libre”), que se celebra en diferentes lugares de París y del Gran París, entre ellos el parque de Sceaux, el castillo de Vincennes, el Palacio Nacional de los Inválidos o el Dominio Nacional de Saint-Germain-en-Laye. El Palacio de Versalles pondrá el foco en la música clásica: cada sábado por la noche, del 8 de junio al 21 de septiembre de 2024, los estanques y fuentes del palacio cobrarán vida gracias a las Grandes Eaux Nocturnes, un espectáculo mágico que combina pirotecnia y juegos de agua y luz. Este año se añaden cuatro citas adicionales al calendario: el viernes 28 de junio, el domingo 14 de julio, el jueves 15 de agosto (“Nocturnas del Fuego”) y el sábado 21 de septiembre (“Nocturnas Electrónicas”). Para acabar, si visitas París en septiembre, no te pierdas el festival Jazz à la Villette.
6. Admirar los fuegos artificiales de la Fiesta Nacional
La fiesta del 14 de julio, celebrada en toda Francia, conmemora la toma de la Bastilla durante la Revolución Francesa, la cual simboliza el final de la monarquía absoluta. En París, el acontecimiento comienza la noche del 13 de julio con las verbenas que se organizan en los parques de bomberos de todos los barrios. El 14 por la mañana, los más madrugadores podrán admirar el desfile militar que recorre los Campos Elíseos, sobrevolados por los aviones de la Patrouille de France. El momento fuerte, sin embargo, tiene lugar por la noche. Si hay algo que no te puedes perder son los fuegos artificiales a los pies de la torre Eiffel, seguidos de un gran concierto.
7. Recorrer los mercadillos al aire libre
La vuelta del buen tiempo es sinónimo de paseos al aire libre. El ayuntamiento de París publica regularmente una lista con los mejores mercadillos. Pero para los aficionados a las antigüedades y el diseño vintage, el lugar imprescindible son las Puces (“pulgas”) de Saint-Ouen, el mayor mercado de antigüedades y objetos de segunda mano del mundo, con nada menos que once mercados diferentes y más de 2.000 puestos y tiendas repartidos a lo largo y ancho de siete hectáreas. Muebles, bronces, lámparas, vajillas, joyas, libros, piezas arqueológicas... Intenta encontrar una perla rara entre las callejuelas de este mercado bohemio fundado en 1885 o siéntate en la terraza de un café a escuchar un recital de jazz. Otra curiosidad típicamente parisina son las librerías de viejo de las orillas del Sena. En estos puestos instalados en la margen derecha, desde el puente Marie hasta el Quai du Louvre, y en la margen izquierda, desde el Quai de la Tournelle hasta el Quai Voltaire, podrás comprar libros antiguos y de segunda mano.
8. Disfrutar de los cines de verano
Son muchos los parques de París que acogen sesiones de cine al aire libre durante el verano. Entre ellos, el popular y familiar Festival de cinéma en plein air de La Villette o el más vanguardista Festival Silhouette, en el parque de la Butte du Chapeau-Rouge. También La Chaise et l'Ecran, en el distrito 11, y Toile sous les étoiles, en el castillo de Vincennes.
9. Alquilar una barca en el Bassin de la Villette
La empresa Marin d'Eau Douce te propone alquilar una barca para navegar a tu propio ritmo en compañía de tus amigos, tu familia o tu pareja.
10. Saborear los mejores helados y sorbetes de París
A dos pasos de la Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre, en el número 16 de la Place des Abbesses, Une Glace à Paris ha tenido la buena idea de instalar tumbonas al aire libre. Los deliciosos sorbetes y helados son obra de Emmanuel Ryon, uno de los mejores heladeros y reposteros del mundo, y Olivier Ménard. También podrás llevarte tu helado y saborearlo mientras exploras las calles del cercano Montmartre. En la Isla de San Luis, la reina desde los años cincuenta es la institución Berthillon: helados garantizados, sin colorantes ni conservantes (más de 90 en total), con unas cuarenta propuestas cada día. Marron glacé, grosella negra, mango, piña asada con albahaca... ¡Qué rico!
En verano, Jade Genin (hija del célebre maestro chocolatero parisino Jacques Genin) propone una colección fría con dos protagonistas: los granizados de nieve y los helados. Sus granizados rallados al momento tienen la textura de la nieve y se inspiran en los kakigoris japoneses, pero sin el uso de siropes. Totalmente vegetales, sin aromatizantes ni aditivos de ningún tipo y sin azúcar blanco, seducirán a los puristas del gusto. En cuanto a los helados, se elaboran sin turbinas, utilizando únicamente ingredientes de primera calidad, como vainilla de Tahití y pistacho de Bronte. ¿El resultado? Sabores intensos y una textura ultracremosa. Visita la tienda en el 33 de la avenida de la Ópera, en el distrito 2 de París.
11. Visitar gratuitamente los mejores museos de París durante una noche
La Nuit des Musées (“noche de los museos”), celebrada por lo general a principios de julio, es uno de los acontecimientos más esperados del verano. La entrada a los museos es gratuita durante toda la noche: es la oportunidad pues de disfrutar de exposiciones, talleres y eventos pensados especialmente para la ocasión. También podrás inscribirte en diferentes tipos de visitas guiadas.
12. Admirar el espectáculo de luz y sonido de la Noche en los Inválidos
Desde la primera semana de julio hasta la última de agosto, parisinos y visitantes tienen una cita en el Palacio Nacional de los Inválidos. Construido en el siglo XVII, este monumento, uno de los más visitados de París, es famoso por albergar la tumba de Napoleón. Todos los veranos al anochecer, su patio acoge un espléndido espectáculo de luz y sonido de temática variada. Las entradas pueden reservarse online.
13. Aprovechar las rebajas para renovar el armario
En París, las rebajas de verano tienen lugar desde principios de julio hasta finales de agosto, con descuentos que pueden oscilar entre el 30 y el 70% del precio original. A finales de agosto, algunos artículos pueden tener hasta un 80% de descuento. Si quieres aprovechar tu viaje a París para arrasar con las marcas de lujo, los grandes almacenes Galeries Lafayette o Printemps, junto al edificio de la Ópera Garnier, bien merecen una visita por su belleza y por su azotea con espectaculares vistas de los tejados de París.
Imagen de cabecera: © jptinoco/iStock
