La honestidad siempre se aprecia a la hora de elegir un restaurante y más aún si se encuentra en una zona como esta (en San Telmo, muy cerca del Museo Histórico Nacional), donde la competencia es bastante alta y hay opciones para comer de todo tipo. En este local de estética clásica, con detalles retro y las mesas algo juntas, ofrecen cocina casera 100%, con platos consistentes de sencillo aspecto pero excelente sabor. Tiene la peculiaridad de que cuenta con grandes ventanales que, aparte de ofrecer una buena iluminación natural, en algún caso se aprovechan como expositores al exterior de productos (pastas, scons, muffins, tartas, panes artesanos...) para llevar o para tomar de manera más informal en la terraza. La carta, muy tradicional en base al recetario argentino, se completa con un económico menú al mediodía. ¿Recomendaciones a tener en cuenta? La Ensalada tibia de langostinos, su Berenjena a la parmigiana, los Malfatti de espinacas...