Il Pellicano

En cierto sentido, el lugar en el que se encuentra Il Pellicano destaca principalmente por su falta de interés desde un punto de vista turístico. La mayor parte de Italia ha sido explotada al máximo: se ha construido una villa en cada peñasco, todas las ciudades cuentan con una joya del arte y las cafeterías están atestadas de turistas en pantalón corto que se desviven por el café de cafetera. Se supone que este es el precio que una región tiene que pagar por haber sido la cuna de la civilización europea y las promotoras inmobiliarias llevan miles de años haciendo de las suyas en estos lugares.

Sin embargo, este no es el caso de la zona en que radica Il Pellicano. La región circundante del sur de la Toscana, La Maremma, representa una especie de imagen invertida de su mitad norte, la Toscana de Florencia, la de Siena y, en definitiva, la que se describe en el párrafo anterior. Durante siglos fue una zona deprimida e incluso hoy en día el sector turístico sigue sin prestarle demasiada atención. Gracias a esto, sigue siendo uno de los pocos lugares de Italia que aún conservan su belleza natural, agraciado con una magnífica costa —eso sí: rocosa—, uno de los climas más soleados del Mediterráneo y, ante todo, terrenos sin edificar.

Por lo tanto, Il Pellicano no es el lugar en el que uno se queda a dormir durante unas vacaciones dedicadas a hacer turismo, sino que las vacaciones son la propia estancia en el hotel. Es uno de los hoteles más elegantes y lujosos del mundo y uno de los destinos predilectos de la gente bien; para sus adeptos, su situación relativamente aislada constituye gran parte de su atractivo.

El resto reside en la maravillosa experiencia de quedarse en este hotel. Las habitaciones cuentan con una decoración excelente, en un estilo clásico, aunque ningún tipo de decoración podría competir con las vistas: desde el balcón de las habitaciones se domina el mar Tirreno recortado por el acantilado. Varios senderos sinuosos bajan sorteando los jardines dispuestos en bancales hasta llegar a la playa privada; aunque muchos huéspedes prefieren disfrutar del espectacular panorama que se divisa desde la piscina. Las mejores vistas quizás sean las que ofrece la terraza del restaurante; además, teniendo en cuenta que se trata de la única alternativa del pueblo, descubrirás un ambiente más familiar que el que se respira en la mayoría de los grandes complejos hoteleros. Para los operadores turísticos, este lugar se encuentra fuera del mapa; no obstante, si te tomas la molestia de llegar hasta aquí, no te arrepentirás.

Indicaciones para llegar al hotel:
Desde el aeropuerto internacional de Roma-Fiumicino, el trayecto hasta Il Pellicano dura aproximadamente 1 hora y 35 minutos. Toma la autopista A12 hasta Civitavechia, continúa hacia el norte por la carretera Aurelia hasta Orbetello, donde encontrarás señales que indican Porto Ercole. Al llegar a Porto Ercole, hay señales que indican el camino al hotel. Il Pellicano también se encuentra a 15 km de la estación de tren de Orbetello.