Fairmont Le Montreux Palace

El Montreux Palace es el hotel más grande y lujoso de la ciudad, con una amplia fachada estilo Belle Epoque de cara al lago, casi suficiente en sí misma para que el Montreux se mantenga anclado en el siglo XIX desde el punto de vista arquitectónico. En su interior, tenemos más de lo mismo, una opulencia meticulosamente conservada capaz de dejar boquiabierto al más hastiado de la jet-set, que hace que la mayoría de los llamados “hoteles de lujo” queden como meros amateurs.
Puede que se pierda algo de la calidez en todo este esplendor, pero en su defensa hay que argumentar que ofrece la vuelta a los días en los que hoteles eran hoteles, y no un bed and breakfast de gran tamaño. Como en cualquier hotel de lujo, las habitaciones están regidas por un cierto sistema de castas, siendo las más baratas más pequeñas y las mejores más espaciosas, con vistas al lago en vez de a las montañas. En ambos lados, las habitaciones cuentan con cristaleras que dan a pequeños balcones privados.
Bajo toda esta elegancia europea, Le Montreux Palace es un auténtico hotel de negocios moderno, con todo lo necesario: acceso inalámbrico a Internet en las habitaciones, amplias instalaciones para reuniones y un Spa Amrita, nada suizo, y que ofrece lo último de lo último en tratamientos, así como un gimnasio completamente equipado. Cuenta con varios restaurantes para elegir, sin mencionar todos los que hay en la ciudad. Pero si solo se queda aquí una noche, le recomendamos el restaurante Jaan con una estrella Michelín y para terminar la velada tómese una copa en Harry’s New York Bar.