DV Chalet

La vida es dulce en el Chalet Dolce Vita, pero seguro que ya sabía que lo íbamos a decir. Muchas estaciones de esquí utilizan el entorno natural de excusa para descuidar un detalle aquí y otro allá; dan por sentado que volverá demasiado cansado de los Dolomitas como para darse cuenta. No es el caso de este hotel, cuyos interiores resultan casi tan formidables como los exteriores.
El vestíbulo y el salón son un solo ambiente con una chimenea en la que el fuego arde sin cesar. Por si esto fuera poco, los empleados proporcionan mantas a los huéspedes que desean leer un libro, tomar una copa o comer algo del restaurante en esta zona. Si bien es cierto que predomina la madera, el ambiente intenso que crean las vigas transversales oscuras y pesadas típicas de los chalés se ha sustituido por un estilo alegre que produce una sensación de amplitud.
Cada planta se caracteriza por una temática diferente: el terciopelo, que evoca el momento en el que el sol se oculta tras los picos cercanos; la lana, que evoca la magnífica sensación de contemplar una tormenta de nieve desde un lugar seguro y caliente; y montañeros famosos, cuyos retratos en blanco y negro evocan el espíritu de la aventura alpina. Algunas habitaciones están equipadas con chimenea o incluso con su propio rocódromo en miniatura, por no hablar de los cubrecamas de piel auténtica.
Para ser un hotel tan pequeño, la oferta de servicios de spa es amplísima, desde una piscina cubierta iluminada con mucho gusto, pasando por una cueva de sal y tratamientos de cromoterapia hasta atomizadores y duchas de contraste. Además, la mayoría se ofrecen gratuitamente a todos los huéspedes, en lugar de estar disponibles exclusivamente para los pocos que paguen un tratamiento.
Indicaciones para llegar al hotel:

El Chalet Dolce Vita se encuentra a aproximadamente 90 minutos en coche de Trento y de Bolzano.