Casa Bonay

Cuando camine por las calles del vecindario L'Eixample en Barcelona notará, sin duda alguna, lo abundante que es el orgullo local. En todas las vías se ven banderas catalanas adornando los balcones franceses y casi sería normal que las personas le saludaran con un “Visca Catalunya” en lugar de hola. Dado esto, cuando llegue a Casa Bonay, el equipo de empleados querrá comunicarle que el hotel es un esfuerzo de la comunidad. Desde el mobiliario y las frazadas hasta el jabón, Barcelona y la cultura catalana están plenamente representadas.

Como resultado, en Casa Bonay vivirá como los residentes del área. Esta parte de la ciudad no es como las atracciones turísticas alrededor de Las Ramblas. Por el contrario, queda en la carretera de un barrio mayormente residencial, y el patio del hotel se asoma a la Barcelona cotidiana de tendederos y jardines. Casi todas las habitaciones tienen espacios exteriores para disfrutar de la vista, incluso hay una con terraza privada completa y ducha al aire libre. Las habitaciones no son enormes, recuerde que vivirá como residente local, pero están astutamente configuradas para destacar el buen gusto del diseño: maravillosas baldosas en mosaicos o terracota, techos elevados, paredes color crema con acentos en azul y verde azulado.

La oferta de restauración de la Casa Bonay es igual de distintiva. El restaurante principal, la Bodega Bonay, está especializado en productos locales y vinos naturales cuidadosamente seleccionados. El Libertine, un restaurante y salón más casual, es perfecto para trabajar durante el día y tomarse un trago después de la cena. El Chiringuito, situado en la azotea, ofrece parrilladas y tapas con un ambiente playero. Además, tiene una de las cafeterías más importantes y originales de Barcelona, cuyo peculiar nombre es Satan’s Coffee Corner.