Ohla Barcelona

La fachada del Ohla Barcelona se mezcla armoniosamente con la arquitectura del gótico catalán que la rodea, ocultando que el interior se inspira no en los chapiteles y la piedra, sino en las líneas puras del minimalismo de los hoteles modernos. El Ohla Barcelona ofrece un servicio ultra personalizado y un diseño impecable a uno de los barrios más deseables de la ciudad, el Barrio Gótico.

A pesar de que ocupa el edificio que albergó los primeros grandes almacenes de Barcelona, el Ohla Barcelona carece afortunadamente de escalofriantes maniquíes antiguos, objetos de arte restaurados o el mobiliario antiguo que exhibía en tiempos pasados. Se trata de un hotel para quienes prefieren que sea el barrio el que evoque los viejos tiempos mientras se relajan bajo un toldo privado, al lado de la piscina de la azotea.

Aunque las habitaciones varían en tamaño, todas tienden a seguir la misma paleta de color contemporánea de negro, blanco y carbón. Las alfombras moradas y los suelos de roble aportan un toque de frescura e impiden que el ambiente termine siendo demasiado serio, mientras que los cuartos de baño son convenientemente amplios, con bañeras independientes y ventanas estratégicamente situadas desde las que se divisa la ciudad. Pero el elemento más memorable de su oferta no es estético: el Ohla Barcelona se caracteriza sobre todo por la personalización, que llega hasta la suavidad de las almohadas o el olor de las sábanas. Este tipo de hospitalidad modular puede sorprender al principio como un mero ardid comercial, pero es difícil abstraerse a la tentación de crear una experiencia de hotel de diseño verdaderamente propia.

El mismo grado de detalle se aplica la cocina: el Ohla Barcelona tiene dos restaurantes (uno de ellos con una estrella MICHELIN, el otro un poco más informal) y dos lounges. La terraza de la azotea es el lugar privilegiado donde se sitúa uno de estos, así como una piscina, cuya sofisticación despreocupada está rodeada de una fila de acogedores sofás de exterior, perfectos para saborear una bebida y disfrutar de las vistas.