Conti di San Bonifacio

Eso, o tener un sentido de la decoración tal que una silla Bauhaus luzca plenamente integrada entre suelos de terracota y vigas de castaño. O quizá que un chef toscano que aprendió de su abuela sea capaz de proponer platos comparables a obras de arte abstracto y que esos platos vayan acompañados de espectaculares vistas que se pierden en el horizonte. Ni que decir tiene que todo esto, y mucho más, lo encontrarás en el Conti di San Bonifacio.

Las habitaciones son una demostración de cómo integrar materiales nobles en un entorno aparentemente rústico. Sábanas de algodón egipcio, lujosos albornoces, mullidos sillones de cuero, una ligera gasa alrededor de la cama... Con detalles así, ¿quién no querría quedarse a vivir en una granja? Las suites, además, disponen de terrazas con vistas a los olivares o los viñedos, aunque todas las estancias, empezando por las más básicas, están inundadas de luz. Un diseño en suma que rompe los estereotipos asociados al mundo rural y crea una atmósfera propia de un moderno hotel de lujo sin traicionar la esencia del edificio de piedra primitivo.

Obviamente, la gastronomía contribuye ampliamente al atractivo del conjunto. La reputación de los vinos y aceites que se elaboran aquí traspasa los límites del recinto y muchos de los ingredientes de las comidas son de cultivo propio. Ya sea junto a la coqueta piscina, ya al lado de la chimenea o en el acogedor e íntimo bar biblioteca, la experiencia siempre será deliciosa.