Hotel Zetta San Francisco

En San Francisco, sin embargo, la cosa cambia. Sus habitantes tienen un sexto sentido para detectar todo aquello que pudiera resultar pretencioso, aunque, dándole la vuelta, también podríamos decir que el lujo en San Francisco tiene que ver sobre todo con la madera recuperada, los muebles de mercadillo reciclados y una saludable dosis de extravagancia allí donde un hotel de Los Ángeles habría optado probablemente por el glamour y el brilli brilli. En todo caso, esa dosis de extravagancia es lo que le aguarda en el hotel Zetta. Eso, y un enfoque lúdico inspirado en las industrias tecnológicas, quizá la principal fuente de clientes del Zetta.
Por eso, en lugar de dorados y arañas de cristal (o además de esos dorados y esas arañas de cristal, para ser exactos), lo que verá en el vestíbulo será un gran juego de Plinko que sube por la pared hasta llegar al altillo, donde la mesa de billar y la de shuffleboard se mezclan con elegantes sofás y sillas de estilo moderno. Las habitaciones, por su parte, sí que tienen un toque de refinamiento adicional. Cierto que las mesas de escritorio modulares y las lámparas de estilo industrial son un sutil guiño a la cultura del “Hágalo usted mismo”, pero estamos seguros de que lo que captará su atención serán las camas king size con cabeceros de piel y los lujosos baños.
Al final, el hotel Zetta se lleva bien con cualquier tipo de clientela (o casi), lo cual es bueno dada su ubicación: el hotel se encuentra entre Market Street y el barrio de SoMa, lo cual permite llegar de una zancada no solo al centro de convenciones, sino también a Mission District, a Union Square e incluso al distrito financiero, además de a otros barrios, aunque eso ya depende de cómo sean sus zancadas. Aun así, en esta ciudad compacta en la que todo está conectado en cuestión de minutos gracias al taxi y al sistema de transporte rápido, lo que importa es lo que hay de puertas para adentro y, en ese sentido, los interiores del hotel son un lugar en el que pasará su tiempo con gusto.