Le Royal Monceau

El día en que se inauguró el Royal Monceau fue el día en que tuvimos que dejar de utilizar casi todos los lugares comunes sobre los grandes hoteles de París. Ahora que el Royal Monceau ha sido remodelado a fondo nada menos que por Philippe Starck, no tiene sentido asegurar que en París solo hay hoteles de lujo tradicionales.

No está claro si la revolución de los hoteles boutique por fin ha llegado a los grandes hoteles de lujo o si el sector por fin se ha rendido al talento de Starck; pero el Royal Monceau es la prueba de que algo ha cambiado. Estamos convencidos de que los primeros grandes hoteles se construyeron hace cien años con el propósito de sobrecargar los sentidos de los huéspedes, de encandilarlos con materiales suntuosos y efectos llamativos. Si nuestra teoría es cierta, entonces el Royal Monceau es una vuelta a los orígenes.

Aquí Starck da rienda suelta a la imaginación sin reparar en gastos. Las rayas de los pasillos tienen un efecto óptico casi alucinógeno, y hay cristales y espejos por doquier, desde la escalera, decorada con una infinidad de arañas, hasta los cuartos de baño. El hotel tiene una galería de arte propia, por no hablar de las obras que inundan las zonas comunes.

No obstante, el Royal Monceau no es un mero hotel boutique vistoso, sino un auténtico hotel de lujo de cinco estrellas con todo lo que eso conlleva: un spa Clarins, instalaciones para conferencias, un club infantil e incluso habitaciones con salas para entrevistas. Los espectaculares restaurantes y bares del hotel están destinados a ser grandes favoritos de París. En definitiva, el Royal Monceau es un alojamiento único situado a cinco minutos del Arco del Triunfo.