Brunelleschi Hotel

El nombre del Brunelleschi está plenamente justificado. Desde las últimas plantas del hotel se domina la obra maestra del arquitecto, la catedral de Florencia; es lo más cerca que se puede estar del Duomo sin tener que recibir las órdenes sagradas. La ubicación del hotel siempre ha sido uno de sus principales atractivos, aunque, tras la profunda renovación llevada a cabo en 2020, el Brunelleschi puede presumir de tener unos interiores dignos de las vistas.

Son dignos de ellas, pero no las eclipsan: la catedral es la protagonista. Estos interiores discretamente contemporáneos, decorados con muebles de estilo antiguo, enmarcan el paisaje que se domina desde las ventanas y los detalles arquitectónicos de la catedral, capturados en fotografías.

La clave del éxito del Brunelleschi es que continuaría siendo un hotel magnífico en un entorno menos pintoresco. Las comodidades son las propias de un hotel boutique italiano moderno, desde los televisores de 42 pulgadas hasta las mullidas camas de plataforma.

En la planta baja hay un museo que trata de hilar los detalles históricos del edificio, desde la piscina romana hasta los cimientos de la antigua iglesia, pasando por la torre de la época bizantina. Por otro lado, la riqueza histórica del lugar es inconmensurable, por no hablar de la cantidad de tiendas de diseño de la zona. El restaurante con dos estrellas Michelin del hotel, el Santa Elisabetta, merece la pena, aunque la oferta gastronómica florentina es muy atractiva. Lo mismo sucede con el gimnasio: está bien equipado, pero recorrer a pie las calles de Florencia es mucho más agradable que acumular kilómetros en la cinta.