Corte di Gabriela
Esto no quiere decir que las habitaciones se salten las convenciones o que resulten fuera de lugar. Vigas vistas –heredadas de la construcción primitiva–, espejos dorados y sillones suntuosamente tapizados conviven con los famosos diseños de Eames y sus formas redondeadas. La decoración no se ciñe a una paleta de colores específica, todo un acierto en el caso de las habitaciones. Nadie como los italianos para jugar con el blanco y el negro, sólo que aquí se animan con el uso de envolventes tonalidades de ocre y de verde. Las vistas son únicas y la experiencia de disfrutarlas desde alguno de los balcones que dan al canal insuperable.
Exceptuando el desayuno continental, para comer tendrás que salir del hotel, lo cual no es ningún inconveniente. Después de todo, lo importante en Venecia es perderse por su laberinto de callejuelas empedradas y canales y, si llega el momento en que no puedes más del ajetreo turístico, sólo tendrás que instalarte en el encantador patio del Corte di Gabriela y tomar algo a la sombra de las glicinias.
Localización
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