Kempinski Grand Hotel Des Bains

Construido al lado de un manantial, el Kempinski Grand Hotel des Bains abrió sus puertas por primera vez en 1864 para recibir a la alta sociedad europea. Las aguas curativas se siguen aprovechando —ahora, este lujoso hotel dispone de un spa ultramoderno alimentado por esta fuente de agua natural, además de una elegante piscina interior y una gran variedad de saunas y baños—, aunque el espléndido alojamiento es atractivo por sí solo.

Situado en el magnífico paisaje alpino de St. Moritz, parece un gran palazzo italiano con románticas torres y alegres contraventanas azules que se funden con el cielo. En su interior, varios restaurantes y bares sofisticados sirven de todo, desde el mejor té acompañado de pasteles suizos, hasta comida mediterránea de la más alta calidad bajo lámparas de araña. Las habitaciones son sofisticadas, pero sencillas, decoradas con muebles de madera y profundas bañeras. Las suites ofrecen más espacio y algún detalle adicional, como chimeneas y balcones. Todas tienen vistas al paisaje que rodea el hotel y despertarán en ti el deseo de acercarte a las pistas de esquí. Por suerte, las telecabinas están cerca y podrás subir a la estación con solo cruzar la calle.