HASSLER ROMA

Nada más subir la monumental escalinata de la plaza de España, en uno de los lugares más prominentes de la ciudad, nos topamos con el Hassler Roma. Esta histórica institución romana está regentada por la misma familia suiza desde 1890, algo que explica dos de sus puntos fuertes: su calurosa acogida y su absoluta profesionalidad, dos elementos que rara vez se dan al mismo tiempo en un mismo establecimiento. Su historia, como la de cualquier otro hotel de lujo centenario, es larga y su elegancia mantiene su sello tradicional, pese a lo cual el hotel siempre ha sabido evolucionar para adaptarse al paso de los tiempos. Las habitaciones, en el estilo clásico de este tipo de hotel, son todas un poco diferentes, con pinceladas que nos llevan a la época de su inauguración. Ninguna estancia es menos lujosa que las demás, si bien la oferta se orienta más a las suites que a las habituales dobles. Entre estas suites con nombre propio es preciso destacar la historiada Penthouse Villa Medici Suite y la asombrosamente moderna Hassler Penthouse. Completan la oferta de servicios el spa Amorvero, donde los huéspedes del Hassler reciben el trato que se merecen; el gran motivo de orgullo del hotel, el restaurante Imàgo, galardonado con una estrella Michelin y con vistas panorámicas de la ciudad (está situado en la sexta planta); y el discreto e íntimo bar Hassler, inspirado en el glamour de la década de 1940.