Le Petit Nice

La segunda ciudad más importante de Francia no suele encontrarse entre los destinos turísticos más solicitados. Esto no deja de tener su lógica si se tiene en cuenta la competencia de los pueblos costeros de los alrededores. Sin embargo, en Marsella hay muchos lugares que merece la pena visitar, como Le Petit Nice Passédat, el hotel más exclusivo de la ciudad, que fue erigido en 1917 a partir de dos villas de estilo griego y ha estado regentado por la familia Passédat desde entonces.

Esta no es solo una familia de hoteleros, sino que también podría considerarse una dinastía de cocineros. Gérald Passedat y su hijo están a cargo de la cocina, en la que se preparan, sobre todo, especialidades de marisco mediterráneo, ya sea sencillamente pescado fresco o manjares como la anémona. Los comensales cenan en un comedor acristalado o en el jardín exterior, cuando llega el verano, con el panorama de la costa rocosa y el Mediterráneo de fondo.

A diferencia de muchos pequeños hoteles franceses, el estilo de Le Petit Nice es minimalista y moderno, con algunas pinceladas de colores vivos, típicos del sur. Predomina una relajante paleta de tonos tierra, para combinar mejor con la abundante luz mediterránea de la región.

Puede que Marsella no sea el primer lugar que nos viene a la cabeza al pensar en unas vacaciones en el sur de Francia, pero Le Petit Nice es un ejemplo de la cultura y el refinamiento que pueden encontrarse en esta ciudad, que no suele recibir el reconocimiento que merece. Por no hablar de las grandes aglomeraciones de bañistas de la Costa Azul que evitarás: una ventaja nada desdeñable.