El chef Óscar Velasco, bien acompañado por Montse Abellà (se ocupa de la parte dulce y ejerce como anfitriona), está de vuelta.
La pareja, que afronta el reto como un "proyecto de vida", apuesta por una cocina fiel a las premisas de Óscar, que siempre pone en valor la cocina actual de mercado y el producto de temporada pero con algo más de libertad que en sus anteriores proyectos, demostrando técnica y elegancia a partes iguales. La carta, con platos como la Gamba blanca al "ajillo" con huevo frito y patatas (incluido por la insistencia de su hijo), se complementa con un buen menú degustación, aunque también dan la posibilidad de hacer otro de medias raciones a nuestro gusto. ¿Curiosidades? El luminoso comedor se ve apoyado por un reservado al que llaman El Apartamento (tiene su propia cocina) y, ya dentro de la oferta, sorprende encontrar un plato icónico de su brillante etapa al frente del desaparecido Santceloni, el mítico Ravioli de ricota ahumada con caviar París 1925 oscietra.