The Crane

La ubicación de un hotel es su principal baza. También lo era en 1887, cuando The Crane abrió sus puertas en lo alto de un acantilado, alzándose sobre la sublime playa de arena blanca y rosácea de Crane Beach, en la tranquila zona este de Barbados. Según los entendidos, esta magnífica playa protegida por un arrecife de coral siempre suele estar entre las mejores playas del mundo. Puede que los doscientos peldaños de piedra que descienden desde el Crane hasta la playa sean la razón por la que aún no está masificada ni poblada de construcciones de mal gusto.
Prueba de ello es The Crane. El edificio principal del hotel, que ha sido reformado a fondo, no tiene nada que ver con el mal gusto; de hecho, la sensación que transmite es la de haber viajado en el tiempo. Las espléndidas y tradicionales habitaciones originales, denominadas 1887 Resort Apartments, están provistas de suelo de madera noble, techos altos y majestuosas antigüedades. El resto del complejo hotelero se reduce a las residencias privadas: suites de hasta tres habitaciones, que superan a las anteriores en modernidad, lujo y quizá en convencionalismo.
Si bien es cierto que muchas de las residencias privadas están equipadas con pequeñas piscinas, para darse un chapuzón, o con piscinas más grandes, para hacerse unos largos, el hotel es famoso por su piscina principal, con vistas a los acantilados. El restaurante principal es de alta cocina caribeña y la carta del recientemente inaugurado Zen incluye unas especialidades tailandesas y japonesas nada frecuentes en estos parajes. Por lo demás, aquí sólo hay paz y tranquilidad: la ciudad más cercana se encuentra a varios kilómetros de distancia y el murmullo de las olas sustituye al ruido del tráfico. Es el ambiente idóneo para aclimatarse al espíritu de 1887.


Indicaciones para llegar al hotel: El Crane se encuentra a sólo 10 minutos del aeropuerto internacional Grantley Adams. Servicio de traslado es disponible a un costo de USD 35 el viaje de ida para hasta 2 personas.