Viceroy Snowmass

En general, los hoteles de estación de esquí tardaron un poco en subirse al tren del diseño. Sin embargo, cabría esperar que Aspen tuviera más sensibilidad estética que otras estaciones invernales. Y, en algunos casos, acertaríamos, especialmente en el del flamante Viceroy Snowmass que, enclavado al pie de las cuatro montañas de esquí más altas de Aspen, brinda acceso a algunas de las mejores pistas de esquí de Colorado.

Al igual que en los demás Viceroy, las zonas comunes son obra de Kelly Wearstler. Como es lógico, el Viceroy Snowmass no derrocha el glamur hollywoodiense de los anteriores trabajos de Wearstler, pero tampoco constituye la típica incursión en el sector de la hotelería rústica. Por ejemplo, abunda la madera sin adornos, que no toscamente labrada ni mucho menos, y, aunque se ve alguna que otra cornamenta, el estilo no es el de un castillo alpino, sino uno zen moderno. Puede que las habitaciones, de Jean-Michel Gathy, sean un poco más sobrias; los dormitorios son elegantes, y las salas de estar están decoradas con gusto.

En cuanto a las comodidades más tangibles del alojamiento, parecen apartamentos en lugar de habitaciones de hotel. Las 173 son suites, al menos en teoría, porque, en la práctica, van desde estudios hasta enormes estancias de cuatro dormitorios. El hotel ofrece un completo abanico de servicios de spa, un gimnasio y un detalle agradable, más típico de Hollywood y de South Beach: las carpas de la terraza de la piscina, una idea para climas cálidos que funciona increíblemente bien en este clima invernal.