One Eleven
Si trasladásemos el concepto japonés de ryokan al ámbito balinés obtendríamos algo muy parecido al One Eleven. Cada villa es una invitación a disfrutar de una vida más simple, una con mucho espacio para la contemplación y nada que embarulle la vista o la mente, una en la que todo se resuma a sumergirse en una gran bañera junto a una pared acristalada, tomar el sol junto a la piscina y relajarse en la amplia y soleada sala de estar con un libro entre las manos, antes de cruzar el césped para disfrutar de un tratamiento spa en el gazebo acristalado de uso privado. Después de todo, ¿quién piensa en compartir un spa cuando tiene el suyo propio?
Lo mismo vale para el restaurante. Se trata de un bar de sushi y sake forzosamente íntimo dado el tamaño del hotel. El chef es de Osaka, al igual que el espléndido trabajo en madera al estilo tradicional japonés. Estrategia recurrente en el One Eleven, un lugar en el que la moderación es la máxima y donde podrás sentarte y disfrutar sin remordimientos.
Por supuesto, y a pesar de la sensación de aislamiento, no dejarás de estar en Seminyak. Podrás esconderte si lo deseas en tu habitación, pero cuando hasta el último de tus músculos haya experimentado el poder relajante de los masajes y hayas explorado hasta el último rincón de tu piscina privada, las tiendas, restaurantes, bares y, cómo no, las playas con las que todo empezó seguirán estando ahí…
Instrucciones para llegar al hotel:
El One Eleven ofrece a sus huéspedes traslados de cortesía desde y para el aeropuerto internacional de Denpasar.
Localización
Puntuación y Reseñas de los Huéspedes
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