Amanera

Situado en un bonito rincón de la costa norte de la isla, el Amanera es remoto y eso es parte de su encanto. Como otros resorts Aman, es elegante y ecológicamente responsable, extenso y autosuficiente. La privacidad es primordial: todas las instalaciones están localizadas en casas y casitas independientes que salpican los acantilados costeros, todas ellas con vistas despejadas hacia el mar. Etéreas y modernas, son la máxima expresión del estilo de vida que fusiona interiores con exteriores. Los techos altos, los marcos de las puertas de madera, el vidrio y las mesas bajas, así como los biombos tallados a mano dan una sensación de minimalismo japonés. Sin embargo, los materiales de construcción y el arte proceden de fuentes locales: la conexión con una localización particular es una parte importante de los valores de Aman. Cada casita tiene una terraza con vista al mar, áreas de estar y de comer ideales para desayunos al aire libre. Muchas de ellas también cuentan con piscinas privadas.

Con vistas igualmente impresionantes, el restaurante del hotel se especializa en comida isleña tradicional elaborada con cosechas orgánicas y un toque moderno. Junto a la playa del resort se encuentra el más casual Beach Club, un fresco lugar para tomarse un par de cócteles de ron, preferiblemente después, no antes, de sus lecciones de kite surf. Esta parte de la isla es un paraíso para los fanáticos de los deportes acuáticos, aunque muchos vienen a jugar en el Playa Grande Golf Course. Tal vez no te sorprenda que el Amanera sea parte de un complejo más grande, un resort residencial que integra el golf, aunque casi no lo notarás mientras observas el atardecer desde la terraza de tu casita. Aquí estarás lejos de todo, incluso, si así lo prefieres, de los otros huéspedes.

Instrucciones para llegar al hotel:
El Amanera queda a 80 minutos en coche del Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón a través de la Ruta 5.